Creemos en nosotros,
aquí nadie reza.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Villarroel.

Al que me alaba no se lo agradezco, porque, si me alaba, es porque le conviene a su modestia o su hipocresía, y a ellas puede pedir las gracias que yo debo darle.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Radical.

A veces me gusta ver romances, películas románticas en donde las situaciones adversas parece que terminan con un buen final. Comedias, sin risa. Y aún así, es un final que me hace sentir radicalmente sola.
Quizás el saber que hay esperanza de encontrar a alguien con quien compartir la vida me haga verlas, pero luego, al final, me veo sola y desencantada. Desilusionada porque, aunque vea todas las películas que quiera, seguiré sola.
Han pasado cosas, acontecimientos horribles que me han hecho reflexionar. Nadie entiende lo abandonada que me he sentido, no solo por individuos, sino por toda la humanidad. Nadie entiende por qué me acuesto y lloro hasta dormirme, porque solo alguien que está solo como yo lo entendería.
Es cruel por mis dos amigos, a los que adoro, pero que no saben de qué hablo, por suerte.
He huido a casa, buscando compañía, y solo he encontrado más desasosiego. He buscado encontrar paz en donde solo habita la guerra.
Me siento como una mariposa en un incendio. O una polilla, lo mismo da. Intento batir mis alas, pero estas arden y caigo, aunque pueda volar.
Quizás sea demasiado exigente, o quizás no soporte a nadie demasiado tiempo. Quizás es mi culpa estar así.
Creí tener alguien, cerca, muy cerca, mucho más que nadie. Que no podía hablarme, simplemente estaba, existía, o eso creía. No era una ilusión, sino que tenía en la frente grabada la palabra desgracia.
Ese alguien inexistente me hizo darme cuenta de lo vacías que están las relaciones. En lo poco que importa otro cuando el yo existe. Luego cantaremos nuestras propias alabanzas a la humildad, y nos coronaremos con flores, o palabras, buscando la envidia de otros, el 'yo tengo más'.
En realidad la autoestima y el ego son contrarias a la humildad. Solo alguien destrozado internamente puede ser humilde y no fingir serlo. No es un virtud, es una condena, con unas cadenas muy pesadas.
Entendí ahí la radicalidad de la soledad, del individualismo, de la libertad. Pensé en 'mi libertad acaba donde empieza la tuya' y se me hizo evidente el ansia de expansión, avasallando la del de al lado. Pero otro detalle es el hecho de que, cuanto más grande sea nuestra libertad, menos contacto tendremos. Creeremos poner en peligro ésta cuando alguien se nos acerque. Una relación conlleva responsabilidades, se coarta el 'hago lo que quiero cuando quiero' tan predicado ahora con la bandera del 'carpe diem', solo que nadie estudia a los clásicos, no saben de qué trata, solo lo intuyen, con sombras deformadas doblemente, primero, la pared, luego, la pantalla del móvil.
Estoy cansada. Hay veces que creo ser optimista, me levanto pensando en que será un buen día. Pero no. Se hace patente que nadie entiende esto. La sociedad actual crea monstruos egocéntricos que buscan poder sin comprometerse, no importa a quién destroces por el camino mientras hayas logrado lo que quieras, eso sí, con el mínimo esfuerzo, porque las cosas vienen solas.
Y es verdad, el destino, si es que existe, hace fácil lo que debe ser, y difícil lo que no debe ser. Aunque todo esto depende de nuestra voluntad. Como todo, la versatilidad de las palabras, haciendo todas ellas subjetivas. Como subjetiva es cualquier expresión de ellas, entrando en primer lugar en todo pensamiento humano.
Siempre he querido escarpar. No quiero encajar, me revuelvo ante situaciones a las que nadie da importancia. Puedo llorar viendo las noticias y me llamarán estúpida. Está socialmente aceptado el dolor en los que están lejos, pero nosotros no seríamos capaces de soportarlo. Y quién sí, sin traumas de por vida.
Me reconforta el hecho de que todos moriremos. Y moriremos igual. Solos.

miércoles, 17 de junio de 2015

Por favor, no lo leas.

Una pregunta de un anime me hizo pensar. ¿Si hoy fuera tu último día, con quién lo pasarías?
La respuesta típica sería con familia y amigos, pero no iba por ahí. La chica se debatía entre dos hombres que la cuidaban y la trataban bien.
Yo no me debato entre nadie, simplemente no sé la respuesta, no sé si quiero pasar mi último día en la tierra con él. Quizás sí, porque ya no importaría nada, se anularían todos mis sueños, todas mis esperanzas de futuro. Me faltarían horas para hacer lo que quiero hacer. Quizás por eso, simplemente querría estar en silencio, abrazada a él. 
Si fuera una semana, ya me revolvería, querría hacer algo, no dormir si hiciese falta, para al menos dejar un trocito de mí en el mundo, en una semana, me gustaría dejar un libro, como si fuese mi hijo. Quizás escribiría una historia, quizás muchas más cortas. Quizás recopilaría textos que ya tengo escritos. No lo sé. Simplemente sé que no estaría quieta, y no pensaría en nadie más que en mí. En haber dejado una pequeña huella en la tierra, y quizás, con suerte, en alguien.
Si fuera un mes, viajaría, probaría todas las cosas que me dan miedo. Me iría con una mochila si hace falta a llegar todo lo lejos que pueda, y probar todas las cosas que pueda. Escribiría, a ratos, en un cuaderno que quizás luego le enviaría, y haría que fotocopiase para enviárselo a mis padres, o a quien sea que quisiera leerlo. Quizás después de muerta, ellos querrían entender algo más de mí, y esto puede darles la pista.
No tengo punto intermedio entre un mes y una vida. No puedo pensar en qué haría, sinceramente, si me quedase un año. Es poco tiempo y a la vez mucho. Cambiaría todo lo que pudiese, pero me plantearía la pereza, porque, al fin y al cabo, me queda algo de tiempo más. Aún así, no empezaría por estar con nadie.
Es más que probable que sea una persona hasta demasiado solitaria. Me queda una vida con una fecha incierta como fin. Aún espero leer mucho, escribir algo, aprender algo, lo que sea. No conocer lo mismo que el día anterior nunca, aunque fuera un grupo, una palabra, me vale, porque me quedan muchos días para seguir aprendiendo.
Antes era una idealista, y lo seguiré siendo. Una ilusa que cree que no hay nada imposible, solo hay que forzar los límites. Conocerlos solo hace que los estés forzando, ir un poquito más allá, tantear hasta qué punto se extienden.
Siempre he buscado alguien que se dedique a forzar los límites conmigo. 
Es tan aburrido ver los límites que se auto-imponen todos… Me da pena y asco su conformismo. "Esto es lo que hay" como bandera de la desidia. Siempre esperando que otros te arrastren.
Pensaba que lo bonito del camino sería arrastrar o ser arrastrada, a ratos, indiferentemente. No como base el ceder, sino el hacer de todo, cuando sea, por que sí, sin planificación. Suena a hacer grandes cosas, pero hay pequeños detalles que hacen que todo sea especial. Me horroriza elegir siempre yo la película que ver, o en qué momento verla. El no salir de casa, el no tener ningún plan es agobiante. Y parece que él no entiende que me ahogue con paredes alrededor. Las paredes a veces pueden no ser físicas, sino ladrillos que van marcando donde estarán los límites que otros me imponen. Y ante esto, no puedo sino patalear y arrojar esos ladrillos al mar más lejano.
"Únicamente cuando has perdido todo eres libre de actuar". Aún me queda perderle a él, y empieza a no importarme. No quiero sus ladrillos en mi cabeza, no quiero sus excusas, no quiero su falta de entendimiento. Pero aún así, pasaría mi último día con él, abrazada, sin decir nada.
Aunque no hace ni falta que sea él. Simplemente me gustaría saber que alguien me quiere lo suficiente como para aguantar lo que supone pasar el último día conmigo. Es curioso como al final, simplemente no quiero estar sola, pero no podría soportar durante el camino al mismo compañero, con sus límites, sus palabras vacías. Quizás su vacío sea lo que más me asusta ver en una persona, y él es todo vacío. No hay lugar para los sueños. Y sin sueños, ¿qué somos? Agua y barro. Agua. Y barro.

miércoles, 29 de abril de 2015

Anegados.

Sonará a locura agradecer tener exámenes, pero tiene el sentido más rebuscado de todos.
Me siento vacía sin él. Como si de repente, uno de los dos pilares sobre los que sustentaba mi existencia hubiese huido, lejos, y yo tuviese que hacer grandes esfuerzos para no caer hacia un lado.
Por su bien. Mi bien estaba cerca de él. Ahora mismo no veo forma de rellenar ese hueco, y aún así, lo hago. Nuevas voces, nuevas series. Despedidas amargas de lo que ya estaba vaticinado. Como si los hados griegos hubiesen obrado, cansados de mi cobardía.
Y, ¿qué hago yo? Dar patadas al aire, como si él tuviese alguna culpa.
No puedo evitar culpar a otros de la brusquedad de su adiós. Quizás si hubiese podido hacerlo a mi manera no hubiese sido tan trágico el final. Pero, ¿qué más da? Ya está hecho.
Ya me quedan pocas palabras en el maletero. Es curioso como el vacío me llena, cómo éste se expande. Cómo me quiebra.
He decidido confiar en el destino, en esos crueles hados. Si el destino me depara su amistad, entonces volveremos a encontrarnos. Si esto se ha terminado para siempre, lucharé contra el aire, contra el infinito si hace falta.
Necesito algo de estoicismo, empaparme de otras culturas. Entender mejor el universo, mi universo.
Llorar como si no hubiera pena más profunda. Y, ¿qué podría ser más cruel? Perder a alguien no por mediación de la muerte. Saber que sigue vivo, y querer que sea feliz, hacer lo posible para ello, intentar que mejore día a día. Y, en cambio, saber que su sufrimiento pende de un hilo que sujetas en la mano derecha. Quizás lo lógico sería soltarle, pero solo quiero estirar. Levantarle de ese acantilado donde se encuentra su cabeza. Salvarle del quebradero. Pero, ¿de qué forma? Soy yo quien le ha empujado ahí. Quizás sea mi mano la que le impide moverse.
Me retiraré, un tiempo. Pero necesito saber si dentro de un tiempo le irá mejor.
Tramo planes secretos, que no sé si harán bien o mal, pero al menos pensarlos, y determinarlos.
Como si quedándome en donde él no pueda verme y yo tampoco a él, pero de alguna manera cerca me hiciera sentirme aún próxima.
Sergio, te echaré de menos.

viernes, 10 de abril de 2015

Fugerit invida aetas.

Joder, hoy ha muerto otro allegado.
Todo el epicureísmo me invade, sin poder ni querer evitarlo.
Pasan por mi cabeza mil imágenes, cristalitos que se quiebran, se expanden. Se destrozan, o vuelven al mismo sitio del principio.
Quizás los clásicos tuvieran razón. Somos átomos cayendo, sin límite, sin salida.
Carpe diem. Cosecha el día. Horacio sabía lo que estaba diciendo. Todos estos idiotas amorales que usan como bandera el "disfruta el momento" me parecen descerebrados que no saben de qué iba el tópico. Pero está bien, ¿a quién le importa?
Desde luego, a mí no. Nobody cares about nothing. Nadie entiende más allá de sus propias ojeras.
O si, yo qué coño sé.

dep

viernes, 13 de marzo de 2015

Efemérides.



He vuelto a los libros. Al Cola-Cao con miel de a 7'10, comprada en tiendas donde todo tiene un toque más maternal. Como si alguien se preocupase por mí en esta ciudad de mierda.
Ya ni hace frío cuando yo lo que necesito son mantas. Me marea el buen tiempo y solo quiero descansar. Ahora es cuando se supone que tengo que buscar un novio para el verano, pero prefiero quedarme con Orianna, que me dará más amor aún siendo una planta. Sin olvidar a mi pequeña preciosa, mi perrita.
Qué triste parece sustentar tu vida en los estudios, en una planta y en un animalito, por muy adorable que sea.
No quiero relacionarme con nadie. ¿Qué tipo de placer obtendré yo de las relaciones interpersonales? ¿Es algo muy distinto al papel? Porque prefiero mis historias.
Sigo queriendo irme, lejos, un tiempo.
Quiero escribir un libro. Ya después de muchas ideas amontonadas en la cabeza. Y no las olvido. Ellas son mi alma hecha palabra.
Mi madre sigue preocupada por mí, porque no me relaciono. Pero mamá, he perdido todo lo que me hacía creer en nadie. No esperar nada. Buscar el no sentir nada que cualquier quiere sentir.

La marea silenciosa corre por mis venas. No puedo sino rascarme hasta arañarme, hasta hacerme sangrar, y ver cómo mis uñas desgastadas han abierto, algo desconocido.

Joder, algún día escribiré algo decente. Esta mierda me da cáncer hasta a mí. Pero qué más da. Algún día lo leeré y me dirá algo.
Aire, sostenme mientras corro.

viernes, 20 de febrero de 2015

Lavinia.

¿Es vanidad admirar al hombre al que has matado? ¿Te juzgas a ti mismo al juzgarlo a él?

lunes, 9 de febrero de 2015

Neverletmego.


And the arms of the ocean, so sweet and so cold
And all this devotion I never knew at all
In the crushes of heaven for a sinner released
And the arms of the ocean delivered me.