Creemos en nosotros,
aquí nadie reza.

miércoles, 25 de enero de 2012

Esto solo pasa en el mundo.

Me siento acosada por los millones de libros que tengo en la mesa y los otros millones que tengo que comprar.
Persuasión, fundamentos de la retórica. No está tan mal, pero no lo recomiendo.

Igualmente, me ha dado tiempo a enterarme de lo que ha pasado por el mundo últimamente (bendito twitter, qué haría sin él). Eso, y, después de una clase de crítica literaria, he tardado tiempo para reponerme de un par de golpes.
En la clase, el profesor explicó los pasos que debe seguir un texto para ser una obra de arte. Y dividió el esquema en dos.
El best-seller (esas cosas que no todos saben qué son, son textos comerciales, en vez de ser el autor el que decide el tema del que quiere escribir, es el público el que decide qué quiere leer. ¿Asqueroso, no?) está situado en la parte de abajo.
Las obras de verdad, son todo el hexágono, especialmente la parte de arriba.
(En cuanto pueda, y haya pasado mis apuntes a limpio, lo fotocopiaré y pondré el esquema con mi letra y eso aquí).
A eso, llamémosle "sistema". Es una institucionalización del arte. Es decir, para ser arte, ha de pasar por una institución.
Ahora mismo, según el esquema, el libro que está escribiendo mi estimado Vicent, no es una obra de arte a pesar de ser una historia original y preciosa. Tengo entendido que lo quiere publicar (y seguro que lo hacen), pero hasta que lo publiquen, y los críticos no hayan decidido que su libro es la hostia, no será considerado obra.
(Vicent, te he puesto como ejemplo porque no se me ocurría nadie más que estuviera escribiendo algo para publicarlo.) (Para los demás, si queréis leer algo de su fabuloso libro, Versia, hay fragmentos estupendos por su blog http://aullidodepena.blogspot.com/).
No sé si se entiende mi cabreo y el de por lo menos otra persona en el mundo que manifestó su desacuerdo.
El arte ha de ser libre. Hojas impresas pueden ser arte perfectamente y no han pasado en su vida por una institución que juzgue si eso vende o no, que esa es otra, no te publican nada por amor al arte, sino que si no vende, da igual que te pongas de rodillas a llorar, que no te lo publican (los editores, adorables, ¿verdad?).

Y bueno, el otro tema que me ha jodido entre mucho y muchísimo.
Con el ruido que se ha oído por todas partes, dudo que alguien permanezca ajeno a esto, y si tenéis twitter, menos (que por cierto, seguidme @eseesaesos, si queréis, claro).
La ley S.O.P.A. (Stop Online Piracy Act), también está la P.I.P.A. (Protect IP Act), y A.C.T.A. (Anti-Counterfeiting Trade Agreement).
Hay varios vídeos por YupTube que explican bastante bien todo esto.
A.C.T.A. Pone que es de S.O.P.A. pero, si lo veis, veréis que es del A.C.T.A., aunque la otra es muy parecida. De facto, las tres pretenden lo mismo, censurar internet.
De la ley S.O.P.A. hay muchísimos. Ha metido mucho ruido después del cierre de Megaupload (que por cierto, por si no lo sabéis, ahora está http://www.anonyupload.com/, han colgado toda la discografía de Sony. Bestias, en el buen sentido) por el FBI, y algunos lo han relacionado con la S.O.P.A., pero se supone (y digo que se supone porque no me lo creo del todo) que llevaban dos años con una investigación y se les acusa de blanqueo de dinero, y blablablá.
Hay un tío que me llamó la atención por sus vídeos, subió este y otros más, pero ya los buscaréis si os interesa/gusta lo que dice. :)
Hace unos días twitter se volvió loco de quejas, y después, millones de tweets diciendo "S.O.P.A. is dead". O sea, que la ley más o menos, después de recibir 1.25 millones de firmas para que no se aprobase, la clasa blanca se retractó, aunque Obama solo tiene poder para vetarla. Vamos, que si aparece otro político barato en el gobierno de EEUU y decide que no le gusta Internet, da igual lo que le den por culo, que si quiere que se apruebe, se aprobará la maldita ley y nos quedaremos sin poder descargar nada.
No es solo descargar nada, sino que Wikipedia se vería también afectada, twitter también, tuenti, facebook, todas las redes sociales. Blogger también sería de las páginas que se cerrasen. O sea, queda preguntarse, ¿qué quedará en Internet? ¿Los periódicos digitales también censurados? Volveríamos a hacer fotocopias, como en la revolución de la prensa inglesa (que si alguien quiere, se la explico, y ya de paso, la americana y la francesa).  Volveríamos a ser criminales por pensar.
Igual exagero, y no llegará a tanto, pero si no hacemos nada, dentro de poco, no podremos decir que no nos gusta el azul si a alguien de la policía le gusta. La libertad en Internet es vital para la libertad de expresión.
¿Os acordáis de la muchacha que insultó al policía, y que este le pegó? (salió en las noticias, se supone que iban a juzgarles, y etc. Sinceramente, no sé si lo habrán hecho o no...) Radicalizando mucho, sería eso, a lo bestia, por decir que no estamos de acuerdo con lo que sea que el político de turno haya dicho.

Un beso y dos abrazos. :)

jueves, 19 de enero de 2012

Charlotte.

Me acabo de dar cuenta de que he perdido a la única persona que realmente he querido.

domingo, 1 de enero de 2012

Charlotte.

El año nuevo ha empezado.
Finalizó con una bronca, una mirada aterradora y una orden, y ha empezado con un llanto y la culpa de todos los demás.
Espero que ninguno sepa lo que es saber que una persona muy querida se va a morir. Y saberlo cuando aún eres una cría que ha perdido a gente y a la que prohibieron llorar cuando ella tenía solo 3 años.
Esa niña lloraba porque sabía que alguien había dejado de existir. Me dijeron que no, que había ido al cielo, y desde allí velaba por mí, y que me vigilaba. Me dijeron que debía ser buena, que ella me miraba.
Recuerdo mi infancia rezándole. Diciéndole que era feliz, pero que le echaba de menos, que un día mis padres me habían castigado a mi cuarto a pensar qué había echo mal, y que no lo sabía.
Yo solo quería jugar.
Pasaron los años, y esa niña quería ser buena, y se esforzaba por serlo. Intentaba sacar buenas notas, porque sabía que a sus padres les hacía sentirse orgullosos. Y practicaba todos los días cómo escribir las letras, y cómo sumar y restar.
En sexto de primaria, competía con la más lista de clase, para ver quién tenía más positivos.
Al llegar a la ESO, empezó a cambiar la cosa, y la niña estudiaba lo mismo que antes, pero no llegó a aprobar todas. Tuvo que hacer una recuperación de historia, que aprobó. Pero sus padres se enfadaron muchísimo, y la prohibición de no llorar seguía en su cabeza como si hubiese sido pronunciada segundos antes. Corrió a su cuarto después de la bronca, y allí estuvo sola, pensando que era estúpida, y que sus padres sabían que lo era.
Pero acabó primero, sin ninguna asignatura para extraordinarias.
Segundo fue un mal año. Ese año murió su otra abuela. Se le permitió llorar un día, cuando le leyeron lo que había pronunciado el cura en la misa, a la cual no le habían dejado ir. La niña no vio a su abuela, no le pudo decir adiós. Ella sabía hacer pulseras de hilo, y le hizo una a su abuela. Se la dio a su madre con la esperanza de que le gustase, lo que ella no sabía es que ella jamás vería la pulsera. En cambio, sí está con ella.
A parte del dolor que sentía la niña por la pérdida de su abuela, había otra cosa que le atenazaba el corazón cada vez que pensaba en ella.
El mismo año de su muerte, el primer día del año. Ella pasó el cambio de año en la cama, enferma. La niña, aún pequeña, subió corriendo a felicitarle el año, pero en cuanto entró en el cuarto en el que reposaba, supo sin ningún tipo de duda, que ese sería el último.
Se abrazó a ella. Quizás como un preso antes de ser guillotinado se agarra a los barrotes, respirando la vida putrefacta de las cárceles, quedándose en él el óxido, como último regalo de la naturaleza al tacto del condenado.
A partir de su muerte, todo fue de mal en peor. Empezó a suspender, dejó de estudiar, y dejó de creer en todo.
Hubo épocas en las que se aferraba a una fe que no se acababa de creer, pero desistía.
Cuando dejó de llorar todos los días por ella, buscó un medio para salir del mundo.
Empezó a escribir poemas, sin rima, sin estrofas. Un estado muy primigenio de poesía, hecha por una mente infantil.
Fue su salida. Y ella corría por ella buscando asombrarse con el aire a cada momento. Pero siempre hay muros que cortan la luz, y para proseguir, hay que tirarlos.
Este año, la niña es mayor de edad, está en la universidad más cara del país, y se siente muy culpable.
Tanto por el recuerdo, como por haber echo a sus padres pasar por su vida, y por haber destrozado sus dos vidas. Quizás hasta sus sueños.
Pero ella tira, no importa hacia donde. Sin saber cuál es el destino que le queda por vivir.

(Por favor, no comentéis en esta entrada, o por lo menos, nada relacionado con lo puesto aquí.)

Un beso, y muy feliz año.

ese.