Creemos en nosotros,
aquí nadie reza.

sábado, 6 de junio de 2009

Cuchillada



Esporádicas respuestas que serpentean entre susurros, resuenan y hacen explotar mi cabeza; derraman lo que fue mi alma para comprimirla y guardarla en formol.

Mi vida está minada por miradas sucias que no encuentran lágrimas en sus parpados. Me repulsan los deseos de volarte los sesos y perderte en el shock anímico que un día sufrí yo.

La psicosis de esta psicópata da hasta miedo.

Patético.

Estoy asustada ante los impulsos de zarandearte hasta marearte y así ver si encuentras algo de razón vacía.

¡Puto asco de lógica la tuya; repleta de jodidas contradicciones!

Eres tan calculadamente cálido que me espantas.

¡Joder!
Eres un cobarde; dime a la cara que soy una puta y ya está.
No me odies por detestarte visceralmente.
Entiéndeme; solo deseo verte morir en la cama donde yo dormí, clavarte los cuchillos de tus propias palabras a ver si alguno te atraviesa el corazón y verás cómo se siente al ver que lo has perdido algo a lo largo de tu corta existencia.

Intenta cambiar tu vida a ver si la reconstruyes.

¡Jódete!
Esto es lo que encontré yo, imbécil:
Nada.

Un vacío que te llena hasta el infinito y no te deja ni comer.

El oxigeno quema tus pulmones; te envenena a cada segundo: mueres lentamente.