Creemos en nosotros,
aquí nadie reza.

miércoles, 25 de enero de 2017

Porque a mí me faltan.

¿Hay alguien ahí?

Hola, aire. Debería ponerte un nombre mejor, que te personifique en mi egoísmo. En mi antropocentrismo. Que no te haga algo flotando, sino que de verdad seas escuchante de todo esto. 
Porque sino estoy muy sola.
¿Sabes el vacío cuando se expande y esperar que en algún punto quiebre? Cuando ya se ha estirado tanto que no parece que pueda estirarse más.
Quizás no, pero no importa. Porque tú lo llenas todo.
He llegado a puntos absurdos de... Yo qué sé, algo. Igual si te lo explico todo sepas encontrar una palabra.
No sé por qué decidí meterme a teatro. Es gracioso cómo empecé de ayudante de dirección y fui siendo degradada a apuntadora. A susurradora. Pero qué más da, ya asumo mi invisibilidad, y parece que se le puede sacar partido. 
La primera decepción vino cuando el director, R., me ofreció hacer otra obra corta conmigo. Me hacía ilusión actuar, de verdad quería intentarlo. Pero otra vez se me denegó esto. Al final del ensayo le dijo a otra chica si quería hacer esa obra con él. Como si yo no existiera. Llevaba un día horrible, y eso me hundió. Agradecí que fuera de noche para que no me viesen llorar. Me sentí insignificante, pequeña. Solo pensaba en él, joder. Porque esa maldita letra es la misma que la mía. La S que eternamente está en mi cabeza.
Pero seguí, no sé por qué.
Se estrenan las obras este jueves. Es también el cumpleaños de mi padre. Quería que vinieran a ver las obras para así... No lo sé, que salieran de su rutina, que vieran que he hecho algo. Que intento merecer la pena de todas las formas que puedo. Pero su desidia puede más, o su agobio por irse a Madrid al día siguiente.
Joder, vivo a una puta hora de distancia. No llega a eso yendo medio rápido. Y no vienen. Me vuelvo a sentir insignificante. Invisible. Y sola.
Ya era triste no tener a nadie con quien quedar para hablar. Pero conseguí que me fuera suficiente solo hablar con alguien en la distancia. Pero ahora ni eso. No puedo llamar a nadie para estar viendo algo, o hablando, o jugando. O simplemente estando.
Parece que es así, pero no solo le echo de menos en los malos momentos, sino en los buenos también. Pienso en cómo estará. En si algún día me perdonará. Supongo que eso es lo que más me pesa, que sé que nunca tendré su perdón. Igual ya ha conseguido odiarme, y me alegraría de que así fuera.

Paro ya con este sinsentido. Solo necesitaba sacarlo.
¿Encontraste la palabra?