Creemos en nosotros,
aquí nadie reza.

viernes, 21 de agosto de 2009

Último ballet



Mis pensamientos queman las arterias mientras mi cuerpo se mueve en una odiosa danza macabra; la llaman vida.
El cristal se rompe y se clava en mi cara,
Deformándola hasta que solo son esquirlas.

Mis pies sangran,
Demasiado tiempo de puntillas.

La actuación para.
Alguien por algún lugar está en coma.
Han destrozado mi danza.
¿Quién? ¿Qué ha pasado?
¡No! ¡No puede ser!

Georgina…

Todos tienen una mueca en la cara,
No de lástima, sino de asco.

A mí solo me parecen repugnantes risas sarcásticas.
Todos miran mientras su corazón se para…
¡No, por favor!
Espérame…

No puede.
Su cuerpo convulso solo parece una suave flor marchitada,
Solo se ve que sus ojos se apagan…

Te ame y te sigo amando.
Tu muerte no nos separará…
Eras mi profesora, y nunca me diste la última lección…

Te extraño.

viernes, 14 de agosto de 2009

Shock.


El vómito espera en mi garganta el momento idóneo para salir.
Me da asco comer.
No sé porqué intento aparentar que estoy bien cuando el dolor desgarra cada molécula de mi vida.
No aguanto presencia alguna.
Tengo ganas de correr, pero me duele tanto que permanezco en shock.
El coma etílico.
Ni el sueño, ni siquiera él, son capaces de calmar lo que siento.

Necesito ayuda.

El coma etílico, el shock anímico.
El agua ardiendo me da el placer de olvidarme del interior y concentrarme en la sensación de quemazón.
Son tanto los motivos por los que debo ser feliz…
Son tan pocos los motivos por los que estoy triste…
¿Será por naturaleza que el mal nos afecte más? Ojala creyera en Dios; pero mi razón se niega. Sería tan maravilloso saber que soy una marioneta, que mi vida no vale nada de verdad, y que mis sueños son solo delirios de un muñeco que no logra aprender a pensar.