Creemos en nosotros,
aquí nadie reza.

martes, 29 de marzo de 2011

Historias de horas.

Otra vez presa de las palabras arañando los barrotes de su propia cordura, mezclada con unos gramos de locura 
(para hacerlos inquebrantables).
Estaba entre la psicodelia y la psicosis.
Rezando por tener alas.

Caen besos bajo los copos.
Y los copos se ahogan; gritan.
De boca a boca.
Labio con labio que ríe.
Oído que es susurrado por un verso.
Hablando hablantes. Girando. De colores.

Quema.
Fuego.
Mentes inflamables.
Y la sangre hierve entre sonrisas, y siguen girando - que no paran -; y  giran, y giran, y giran, ...
Hasta consumirse para siempre.


En realidad no me gusta, es una historia que no creo que se entienda...

En fin. Un beso, aire.

domingo, 27 de marzo de 2011

Traficando con el aire.

Vamos a drogarnos del atardecer.
Vamos a soñar con conseguir soñar.
Alucinar.
Vamos a decir lo que jamás nos dijimos.
Vamos a ser sinceros,
por una vez en nuestras putas vidas.
Vamos, por qué no simplemente vamos?

Nos dejamos llevar por el viento.
Alzar el vuelo por la espuma.
Sentir la gravedad ajena al mundo.
(A nuestro mundo)
Vivir por una vez en un lugar que nos pertenece, y, allí, soñar con llenar un dedal.

Trafiquemos, amor mío, con los sueños. Hagamos que se salgan por los poros de cada uno de los que nos rodean.
Que huelan al trópico. Al color de la brisa.

Pero, por favor, haz que la tinta jamás se corra, por que entonces, nos habremos perdido para siempre.

sábado, 26 de marzo de 2011

I wanna break out.

Salirse del tiempo... Sí, eso. Salirse de él.
No volver.
Jamás.

Meterle un par de balas entre los ojos y ver cómo se desangra. Como cada segundo, cada minuto, cada hora desaparecen.

Ver como nos hacemos atemporales.



Bueno, como ya algunos sabréis, el tiempo es algo que me llama muchísimo la atención. Estamos sujetos (o nos han obligado a asumirlo como un gran Dios, Cronos) a él sin saber qué es exactamente.

Miastenia.

Se le agarrotaron todos los músculos a la vez y no pudo hacer otra cosa más que caer sobre la alfombra.
Sus ideas se desparramaron, como si fuese una cascada, y ellas, peregrinas ruborizadas, las gotas que salpican la orilla.

Debía llegar, alcanzar a gritar 
el grito más profundo que jamás se oiría.
Pero su alma se quedó muda.
Muda de soledad.


Arrancando patadas al aire, sollozos a los ojos,
besos a los versos.

jueves, 24 de marzo de 2011

Arise.

Estaba viendo fotos de una antigua amiga, e iba pensando en lo guapa que es, en su naturalidad, en su elegancia, y he ido pensando en la de gente que ha ido desapareciendo. Me sigo aferrando al pasado, supongo que será porque lo prefiero y quiero hacer que vuelva, pero supongo que eso es imposible.
Quiero ver a D., bueno, en realidad quiero abrazarle. Saber que jamás me apartará o que preguntará nada.
La verdad, he empezado a pensar en J., en lo mucho que se parece a mí (quizás por eso mismo le he perdido para siempre), en lo cabezota que es, en lo subnormales que somos, y, sobretodo, en lo mucho que le quise.
Me he dado cuenta de que se olvida demasiado rápido si eso es lo que se quiere realmente (ahora entiendo a E.).
Mi propuestas para este mes (sí, me propongo cosas a corto plazo, a largo no las cumplo ni de coña) son olvidar para poder aprender más, sin vivir en el pasado, pero tampoco pienso vivir en el presente ni en el futuro. El tiempo va a dejar de existir para mí. Me seguiré sometiendo a los horarios pero sin saber qué hora es, simplemente dejándome llevar por el devenir cotidiano hasta que llegue el momento de salirse, de no volver a entrar en las rutinas.

También, a base de exámenes de filosofía, me he dado cuenta que estamos sujetos a la exaltación cuando tenemos miedo o estamos demasiado tiempo haciendo lo mismo. Yo lo he querido interpretar como una salida de lo cotidiano, hacer algo nuevo, aunque sea desagradable, no importa, es algo nuevo.
También es curiosa la forma que tiene la gente de decir las cosas cuando se cabrea, hay muchísimas frases populares que son completamente estúpidas, por ejemplo, ¿No entiendes cristiano? La gente normal no lo entiende, de facto, no sabe cuál es la lengua cristiana por excelencia, o no es que no lo sepan, sino que no se paran a pensarlo. Yo creo que es el hebreo, ya que era la lengua de Jesús. Pero después, pensando que el cristianismo como tal nació de San Pablo, aunque empezó a ser legal y empezó su auge con el imperio romano, entonces, podría ser el latín o el hebreo. El latín... Bueno, se puede entender más o menos (venga, quién me dice qué significa ego fodo putas in agro xD), pero el hebreo... Chino, pues peor, seguramente, no lo he oído ni leído en mi vida.

Y... Me voy a estudiar, ya volveré a criticar la mentalidad capitalista y conservadora de la gente otro día.

Un beso.

martes, 22 de marzo de 2011

Claustrofobia.

No podía. No quería.
Su cuerpo convulso hacía una curva perfecta para resbalarse delineando su columna vertebral.
Le dolía. Abandonaba todo but pain.

El cielo estaba azul, como sus ojos. Claros.
No había resquicio por donde colarse. Por donde meterse entre las nubes.
Pero, ¿para qué le hacía falta nada si ya tenía todo lo que quería?
O eso creía.

Le costaba recordar cuándo fue la última vez que lo veía. Que le mordía, que le oía susurrarle que le quería.
Vivía del recuerdo armado hasta los besos de esperanza.
Seguía soñando.
Viviendo del pasado.





He empezado una historia (a ver si llega a un libro o intento de él), y supongo que iré metiendo todas estas cosas que voy poniendo aquí, de facto, a través de esto voy sacando la trama de la historia.
Es imposible que nadie se espere lo que estoy escribiendo de mí, me he propuesto hacer algo completamente nuevo, que no me pegue demasiado pero que me describa a la perfección.
Sé cómo hacerlo, no es demasiado difícil, ya que todos esperan que sea como las cosas que he ido escribiendo a lo largo de mi vida.
Os pediré un par de cosas, en el momento que empiece a aburrir, decídmelo, y pasaros por mi otro blog, en el fondo me gusta cómo me está quedando, no hay ni una sola palabra mía, pero son frases bonitas, verdades, poemas, canciones que hacen pensar y soñar. Tengo millones de cosas que siempre he querido decir a través de palabras de otros y que jamás me he molestado en copiar, y ahora, por fin hago algo por estar un poquito más cerca de lo que me gusta. A través de esas frases (cortas o largas), a través de esas estrofas, se va tejiendo un mundo donde me gusta pensar que voy depositando ilusiones de llegar a entender algo que otros entendieron antes que yo, de poder seguir una línea de pensamiento que sea ajeno al mío.

Espero que os guste.

lunes, 21 de marzo de 2011

O quizás no.

Estaba, otra vez, dando vuelta inconscientemente. Bailando acompañada del ruido de las gotas estrellarse contra el suelo o los cristales que la rodeaban.
Pensaba, nadie sabía en qué. Simplemente se veía que miraba por la ventana dibujando el sol con la mirada, haciéndole cambiar de día a noche, apagando el horizonte poco a poco.
Hervía, quemaba, y ella ni se inmutaba. Necesitaba más. Quemarse. Arder.
En llamas.
Quería estar en cualquier círculo dantesco, saber qué pasaba con esas almas. Saber cómo el alma se podía quemar. Conocía demasiado bien la sensación de quemazón en el cuerpo, y le gustaba.
Jugaba con fuego.
Jugaba con su imagen y la desdibujaba. Se hacía perder en un cuento de elfos que lanzaban estrellas por flechas, que le atravesaban, que le hacían morir exhalando humo. Intoxicada por su propio afán de más
llamas.

domingo, 20 de marzo de 2011

Demain est si loin.

Desencantos.

Me huelen las muñecas a una colonia barata pero dulce.
Mis piernas hoy no aguantan más y necesitan descansar.
Mis ojos se pierden en el horizonte de cualquier mirada mientras se cierran para el resto de la noche.
Reposan y guardan en la memoria el pequeño libro de Kant que había sobre la mesilla la última vez que me atreví a mirar para no ver nada más.
Todos los días lo mismo. Todo exactamente igual que el día anterior.
Una ruleta que gira sin nuevas posibilidades.
Gris. Otra noche gris.
El cielo no es ni negro. Hoy no había estrellas que admirar, que soñar. Que envidiar.
El mundo ha perdido su encanto demasiado rápido y lo único que se me ocurre es llorar.
Gritar y desgarrar el tejido de lo etéreo.
Buscando la realidad en un dedal.
Conjurando, rogando. Suplicando un día azul.
Que deje el luto.

Que pare de girar el mundo durante segundos y dé la vuelta.



Me siento... Vacía (buena palabra C.).
Siento que hoy no haya sido de los mejores días de tu vida, siento haber estado así...

Me afectan demasiados detalles, pequeñas piedritas que se van clavando lentamente en mí, que intentan ser cristal y astillarse, y a veces lo consiguen...


Bueno, supongo que es tarde y debería irme a la cama o a seguir leyendo un rato cualquier cosa.

Buenas noches, espero que lo estéis pasando mejor que yo.

Un beso.

jueves, 17 de marzo de 2011

Well, just do.

Sentada en el arcón, a los pies de la cama, con ellos reposando sobre las mantas y su cabeza reposando en la pared azul.
Se la veía abstraída, como siempre.
Mientras, le tocaba una canción. Nunca salía del trance hasta que paraba, y adoraba estar horas tocando, aunque fuese un sólo acorde para verle. Verle y pensar dónde estaría, si se dejaba llevar por lo que tocaba o realmente no escuchaba nada de lo que intentaba decirle.
Uno de estos días, en los que ella está mal y se tumba conmigo, a hablar. A veces hablábamos de historias que jamás nos atrevimos a contar a nadie, otras, de mitos que nos contaron, y, a veces, sentía como si me entendiese. Cada palabra, cada silencio, cada gramo de aliento contenido, guardado para otra ocasión.

Naranja. A veces me preguntaba qué veía yo en el naranja, qué me recordaba... Yo pensaba en la fruta, y ella se iba a lejanos paraísos de Oriente, con preciosos atardeceres naranjas. A veces, era el azul, y yo pensaba en el mar, ella en alegres escapadas por el polo norte vestidos de azul, siempre de azul, decía que era su color favorito. Azul seda, azul eléctrico, casi tanto como ella, casi tanto como el tacto de su pelo, suave, deslizándose entre mis dedos, intentando retenerlo, contenerlo durante una fracción de segundo lejos de ser eterno.

Una vez, la última que hablamos, me preguntó qué se sentía cuando se leía algo realmente bello, cuando leías poemas de Blas de Otero, versos como los de Neruda o Pizarnik, letras que danzan como las de Bécquer, o novelas como El Nido de los sueños. Y no le supe responder. Mis palabras se hicieron pobres, frágiles. Contingentes. Y se cayeron todas junto a la vida al morir después de leer a Sartre. Pero me sentí libre, no como los pájaros, sino como si las palabras, el tiempo y la nada no pudieran detenerme, nunca más.



Creo que se ve que no ando bien, aunque quizás no se vea tanto, ya no tengo ni idea.
Me he dado cuenta de que la diplomacia manda en mi vida y que hay veces que me siento incapaz de hacer lo que me apetezca porque simplemente no debo hacerlo, porque no es una salida elegante.
Me siento muy estúpida, muy confusa y todo lo contrario a libre. Me siento condicionada por todos, dependiente de lo que digan, de lo que decidan hacer, y no puedo decir nada.
C., querida, espero que sepas de qué va esto, sino lo sabrás dentro de poco. Mis explicaciones escritas son bastante parcas, pero, la verdad, no las escribo por miedo a... No tengo ni idea de a qué, quizás de que me consideres una estúpida y de que me llames niña tonta incapaz de tomar decisiones por sí misma.
Como Vicent sabrá (pobre, lo que te pude aburrir), siento como si fuese una decepción constante. Debería estar feliz, van a publicar mi primer artículo en la revista del colegio, nadie lo va a leer, pero no sé, me hace ilusión.
Parece que esta semana no me sale nada bien, ni siquiera dormir. Cada día estoy más cansada de todo, el mero hecho de existir me agota y lo único en lo que pienso son en las vacaciones, y, la verdad, tengo unas ganas terribles de ver a A., aunque la verdad es que desde hace dentro de dos meses dos años, más o menos. Bah, en realidad lo único que quiero es poder engancharme en el abrazo de alguien y que no se mueva durante dos horas mínimo.
Bueno, deliro demasiado... Será mejor que me vaya a la cama (yo a la cama a las once y once, ni yo me lo creo).

Bueno, aire y demás gente que vive de él, un beso enorme, supervivientes.

lunes, 14 de marzo de 2011

Sweeter than heaven and hotter than hell.

Quiero el pelo de la cantante, y ya de paso tocar el violín como éste otro:

Y bueno, hoy no tengo nada especial que decir, no es cumple de nadie que merezca ser recordado o comentado aquí (hasta el miércoles).

Estoy feliz y a la vez triste y confusa (como es lógico).
Explicaré el por qué, por si a alguien se le ocurre sacarle sentido y una explicación razonable a todo esto que se me junta.
Apareció D., otra vez, otro de los que desapareció un día porque sí, y bueno, esta vez me ha dicho que no volverá a pasar, pero también me lo dijo la anterior, y ya no sé qué creer. Me ha vuelto a decir que le gusto, pero a mí ya no me dicen nada estas palabras, desde hace tiempo, la verdad.
Y bueno, confusa por esto.
Triste o apenada, mejor dicho, porque A., un amigo que tengo desde hace 2 ó 3 años y con el que estuve saliendo 4 meses o así, ayer cortó con su novia, no sé si habrán vuelto hoy, pero no sé, ayer le noté mal, como si se hubiese dado cuenta de algo y le hubiese sentado como una ostia en el estómago.
Y feliz... Pues no tengo ni idea, soy muy rara, pero siempre antes de un examen estoy muy tranquila, como anestesiada, sin ningún tipo de presión por estudiar (así me va después), aunque esta vez he estudiado y espero aprobar, sino me quedaré a mínimos, y tampoco quiero, aunque bueno, me quedaría con una sólo y espero que sólo una evaluación, así que tampoco me preocupa tantísimo, pero como vaya a extraordinarios me muero u_u

Y eso... Como creo que ya he dicho, no tenía demasiado que contar, quería subir los vídeos y ya está, pero como quedaba cutre, escribo algo más.

domingo, 13 de marzo de 2011

Dear C.

Bueno, qué decir... Hoy es tu cumple, ya 33 añazos, preciosa.
Joder, cómo pasa el tiempo, no?
Como te he dicho, soy muy mala haciendo estas cosas y felicitando. Me gustaría hacerte algo especial, o por lo menos decirte lo especial que eres, pero no sé cómo.

Tengo unas ganas impresionante de verte. Espero (si no muero antes) que sea el fin de semana que viene. :)
[Prepárate para 33 tirones, maja(te pasa por poner una edad medianamente creíble en el tuenti)]

Jo, es que cada vez estás más lejos... Yo aquí, estancada en los 3 años y tú ya mayor y preciosa.
Esperemos que este nuevo año de tu vida sea muy, muy especial, y lo que te digo siempre, que estoy aquí para lo que quieras.

Por cierto, a ver cuándo repetimos esa noche en mi casa, y a ver si esta vez mis 100 años físicos me permiten quedarme a ver series con vosotras (jo, ya estoy vieja u_u)
Y eso, que cuando queráis. :)

Y me quedo sin ideas...

Hasta el viernes (pasaré a buscarte, no lo dudes ^^).

Te quiero muchísimo, C.

sábado, 12 de marzo de 2011

Desilusión, 71.

Volvía a estar con aquel mechero. Volvía a poner la mano sobre la pequeña llama hasta notar cómo se derretían todos los pétalos que formaban su piel (o que ella se había afanado en hacer que formasen parte de ella).
No quería. No podía.
Soltó. Abrió la mano sin aviso previo.
Una pequeña chispa. Sólo una y la alfombra prendió junto con sus esperanzas.
Cogió su jarrón, y como si hubiese repetido el mismo movimiento mil cuatro veces, le dio la vuelta, dejando caer el agua sobre la que aún habían pétalos, tan mojados que ni prendieron.
Decidió poner fin a todo eso.
Se arrancó, tira a tira, todos esos pedacitos que se había hecho coser a la piel.
Cogió, por última vez, su mechero, y quemó todo lo que tuviese rastro de olor a rosa, para después, rendirse a lo que ella intentó dejar de ser.
Intentó esconder.


Otra vez dibujaba compulsivamente lo mismo. Las líneas, más que milimétricamente idénticas al anterior, pasaban de ser un conjunto sin sentido a un ser de carne y hueso por momentos que se desintegraba por su propia perfección.
Intentaba, una y otra vez, hacer que durase el tiempo justo para besarle, y estaba condenada a no poder hacerlo.
Obsesionada con acariciar la perfección.
Un día, ya cansada, a las cinco de la madrugada, se desvió imperceptiblemente. Al terminar, este duró un poco más.
Al día siguiente, sin saber si había sido un sueño o fue completamente real, intentó esbozarlo un poco menos perfecto. 
Éste duró hasta que las estrellas se borraron, hasta que éstas se desvanecían, ya no existían más en el último firmamento.

jueves, 10 de marzo de 2011

Indescriptible.

Acababa de leer aquella magnífica carta que su abuelo le había escrito años atrás. Por aquellos años en los que su edad se resumía con los dedos de la mano.
Estaba ansiosa por crecer, por ser mayor.
Ya lo era, pero seguía teniendo las mismas pesadillas. A veces, y esto no lo contará nunca a nadie, se despertaba llorando, con el presentimiento de que había soñado con que la madre de Dumbo moría.
Y hoy, ella sería capaz de escribir el primer verso del poema número veinte de Neruda.
Hoy, ella era capaz de desmantelar la conspiración que tenían las estrellas en contra de la luna.
Se sentía capaz de abrazar sin temer que le metiesen un puñal por la espalda. 
Hoy, por lo menos.


Como siempre, ella se encontraba sentada en la cama. Enfrascada en un esencia de manzana. Deleitándose, drogándose más a cada bocanada.
Observó, por casualidad, una pequeña figurita de la Victoria de Samotracia. Y le recordó a él.
Triunfante. Orgulloso de ser él el único que probase aquellos labios prohibidos que tan sólo pertenecían al viento.
Fijó su vista en sus libros. En sus pequeños. Y los nombró, uno a uno, con gran cariño, intentando que ninguno se pusiera celoso.
No pudo más. Necesitaba verle, respirarle.
Asfixiarle a palabras.


Hoy no romperé la magia, Cita.


Tras estas dos... Cosas sin patas siquiera, que he utilizado para intentar calmarme, vendré a contar mis vivencias, otro día más (en esta cámara de gas).

Como bastantes sabréis, vivo en un territorio en el que las disputas por la forma de considerarse con comunes y un tema que siempre se discute de una forma muy acalorada, casi siempre acabando en insultos.
Nacionalismo, se llama. Los catalanes no son españoles, los vascos tampoco, ... Vamos, cosas así.
Yo no me he metido, la verdad. Ambos puntos de vista me parecen absurdos, y para otro punto de vista que criticar y que sólo yo podré defender, he preferido callarme.
Aunque aquí, mi pequeño Plutón, completamente anarquista, puedo decir lo que me apetezca sin miedo alguno a las críticas, ya que, si no os gusta, no comentéis o me criticaréis y quedará constancia de ello, y yo puedo responder, y seguramente, sea escuchada. En cambio, yo hablo bajo, aunque tenga una voz que puede hacerse oír a kilómetros, pero soy demasiado vaga hasta para gritar.
Yo creo (y cualquier otra opinión, aunque no esté de acuerdo con ella, es igual de respetable). Yo no creo en las fronteras, son todas políticas, jamás estuvo en la tierra grabado el nombre de Francia, Italia, Alemania, Andorra, y mucho menos de las ciudades ni comunidades. Supongo que una frase de una canción que dice algo así como "No pido nada, nada reivindico, pues hacerlo implica el reconocimiento de una autoridad con la que no me identifico" describe bastante bien lo que quiero decir.

Bueno, después de esto, una amiga, compañera, no sé ni cómo llamarla (una amistad está compuesta por dos partes, no sé qué me considera ella), ha puesto en el tuenti algo que parecía un himno franquista.
Vale que se considere española, pero de ahí a franquista, hay mucho. Y bueno, no voy a comentar más, sólo que se va a llevar más ostias a lo largo de su vida... Y no pienso ayudarle a evitarlas.
Suerte, R.

A parte de esto, me he dado cuenta de que en ese grupo no pinto nada. Les da igual si estoy o si no. Vale, es cierto que no salgo con ellas ni un fin de semana (y no lo haré en mi vida, me aburriría muchísimo), pero de ahí a las cosas que dicen... Que empiezan a hablar de qué van a hacer el fin de semana un lunes, yo no les cuento que voy a quedar con A. y C., que quedaré con Gato, con Liz, con quien fuera, porque les da igual, pero yo tengo que soportar oír sus planes sin estar invitada a ellos, de facto, no estoy ni invitada a la conversación. En fin. No diré más. Simplemente que se vayan a tomar por culo bien profundo con una farola, a ver si pillan algo. (Qué ganas de perder de vista este puto colegio)


Y eso es todo, no tengo más material para aburrir.


Un beso.

domingo, 6 de marzo de 2011

Amaneció.

           Estaba sentada al filo de la cama, cayéndose por la ladera de edredones tirados como anclas al fondo del suelo.

           Buscando con la mirada algo, sin saber qué, con la esperanza de un niño, a flor de piel. Sus labios estaban condenados a beber el humo que salía de aquel cigarrillo encendido, consumiéndose con cada tiro.

           Lo descubrió sentado en aquel sillón en el que tantas veces habían estado los dos, juntos, tan cerca el uno del otro. Desnudos, pecando. Gritando a Dios que les dejase un rato más.

           Hoy, en cambio, su mirada era fría. Le traspasaba. No miraba ni su piel, ni su pelo, ni su cuello suplicante.

           Hoy estaba en un sueño. Lejano como las nubes, quizás lejano como el sol. Recordando los besos extintos que había sufrido, las manos que marcaron su piel, el aroma que tantas veces le había llevado a evocar las mismas sábanas.

           Pero no, ya no estaba. Él sólo recordaba. Él sólo pensaba que seguía ahí.

           Que se levantaba, que se acercaba.
           Que le amaba lentamente.



No sé por qué me ha dado por escribir esto. Será el dolor de cabeza (que no para, que no para. Por favor, disparadme y embadurnad las paredes con mis sesos).
Tenía varias cosas que contar, pero tengo muy pocas ganas y muy poca memoria.
Dejo un par de canciones que llevo bastante tiempo escuchando.

Un beso.



miércoles, 2 de marzo de 2011

Ñá.

Recuérdame. Que mi alma fue tatuada en tu piel.
Esperándome, tranquila. Sin rencor, sin salida.

Bueno, a veces me sale la sangre latina que llevo dentro y me da por escuchar música que escuchan mis padres, el autor de esa canción es Marc Anthony, para aquellos a los que les dé igual qué música escuchar.

Bueno, no sé para qué escribo esto, como siempre, no sé por qué hago las cosas. Sé que no es por inercia, sino porque me apetece, y como no considero esto una razón suficiente, suelo decir que no tengo ni idea. Quizás esto lo escriba porque necesito sentirme útil, o un poco menos vacía.

Esto lo escribí el lunes creo que fue.

Como siempre, vuelvo para seguir aburriendo a la gente que aún sigue leyéndome.
Y, como siempre, debería estar estudiando, pero me muero de sueño y no puedo dormir, en un rato tengo clase de inglés, pero tengo ganas de escribir de algo.
Hablé hace tiempo de la mentalidad capitalista de mis compañeros de clase, y sigo pensando lo mismo, pero utilizo esto como introducción a la superficialidad. Ambos temas tienen en común que me fijo en los de mi clase para hacer tales afirmaciones, aunque ni siquiera en los de mi clase, sino en un grupo más reducido.
Han estado hablando, poniendo a parir a una compañera, esto no es en absoluto raro, ya que todo el mundo lo hace, y aunque soy de las que cree que es mejor decir las cosas a la cara, yo me limito a demostrarlas, ya sea poniendo cara de asco o mirando a la gente a punto de echar fuego por los ojos.  Uno de los aspectos que solemos criticar normalmente es el físico, que si está gorda, que si es amorfa, que si lo-que-sea, y, como estoy con un grupo que podría considerarse inteligente (con sus pros y sus contras de mentalidades adolescentes que piensan), también meten el aspecto intelectual de la persona, además del económico. No lo he dicho, ni pienso decirlo, pero me parece mal esto, cada uno es como es, tiene las capacidades que tiene y se acabó, a corto plazo no se puede hacer nada. Y vale que despierte celos la gente que saca 10 en todo, o pese menos de 50 kilos, pero es lo que hay, si no te gusta, mala suerte y a hacer algo. Sé que es hipócrita, porque yo siempre me estoy criticando y etecé. etecé. pero soy extremadamente vaga, y en el fondo (muy en el fondo), no estoy tan descontenta conmigo misma viendo que tampoco me va tan mal, podría irme todo mejor, pero bah, si quiero algo, ya me propondré cambiarlo cuando deje de ser tan extremadamente vaga.
Y no sé de qué va, me da pereza leérmelo, y no suelo repasar lo que escribo nunca (tampoco en los exámenes... así me va).
Y me aburro…

Un beso.