Otra vez presa de las palabras arañando los barrotes de su propia cordura, mezclada con unos gramos de locura
(para hacerlos inquebrantables).
Estaba entre la psicodelia y la psicosis.
Rezando por tener alas.
Caen besos bajo los copos.
Y los copos se ahogan; gritan.
De boca a boca.
Labio con labio que ríe.
Oído que es susurrado por un verso.
Hablando hablantes. Girando. De colores.
Quema.
Fuego.
Mentes inflamables.
Y la sangre hierve entre sonrisas, y siguen girando - que no paran -; y giran, y giran, y giran, ...
Hasta consumirse para siempre.
En realidad no me gusta, es una historia que no creo que se entienda...
En fin. Un beso, aire.
Ains... mucho mucho no la entiendo, eh?
ResponderEliminarEncantador blog el tuyo, un placer haberme pasado por tu espacio.
ResponderEliminarSaludos y buen fin de semana.