Llovía a tinteros. Y las palabras se desparramaban en tachones indescriptibles.
Las palabras de todos caían como plomo sobre el asfalto, y lo hundían más, y ellas, insensibles, pretendían llegar al centro, pero se evaporaban antes de llegar.
Mientras, lloraban, e iban dejando pequeños regueros que algunos se dedicaban a recolectar, para así formar un recuerdo de agua. Una página escrita por ella.
Otros, se dedicaban a cortarlas para formar otras nuevas, y otros muchos, simplemente observaban cómo caían, cómo hacían carreras por el cristal rayado de la cordura.
Y otros, simplemente bailaban, disfrutaban, se fundían y resbalaban entre los dedos que marcaban el ritmo (los pasos que chapoteaban), y eran felices al saber que estaban con alguien que les contestaría con los mismos silencios que ellos hablaban.
(Smile, smile at me, and I'll feel free)
La lluvia es magia amiga, acaso un rayo de sol podría bailar de esa manera con las palabras?
ResponderEliminarBesos
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