Empiezo a estar obsesionada.
Las mismas palabras que leí en una página de internet queman mis neuronas como alcohol en la garganta.
“NECESIDAD NO ES OBSESIÓN.”
Empiezo a pensar que te necesito, pero en realidad, sigo estando aquí, siendo independiente.
Pero mi obsesión empieza cuando das un paso hacia atrás, y es cuando me toca darlo a mí hacia delante.
¿Qué debo hacer? ¿Avanzar o quedarme en mi sitio?
¿Si no vuelves, tendré que buscarte yo?
¿Amor? Nah.
Yo no puedo viajar, por mi condición de enana, y tú, por tu trabajo…
Es un tanto imposible.
¿Por eso guardamos las distancias? ¿Siempre a un metro?
Siempre a muchos kilómetros (en el sentido literal).
Esto, se parece a cualquier juego donde haya que guardar las distancias, y al fin y al cabo, es un juego, nada más. Los dos somos conscientes de que el cuento de hadas que me contaron de pequeña y que un día te conté a ti, no es posible por mucho tiempo.
Puede ser que estemos a dos extremos de la misma cuerda. Tú por un lado, y yo por el contrario, siempre a la misma distancia, excepto cuando tiras, y me tengo que acercar a ti.
Pero, ¿si quiero tirar yo?
Supongo que tendrías que avanzar.
Pero siempre has avanzado solo, y me has tirado.
Quizás arrastrado sea más concreto.
En fin, un beso y mil abrazos, querido.
ESE.
mmm, interesante, muy interesante...
ResponderEliminar