Mis pensamientos queman las arterias mientras mi cuerpo se mueve en una odiosa danza macabra; la llaman vida.
El cristal se rompe y se clava en mi cara,
Deformándola hasta que solo son esquirlas.
Mis pies sangran,
Demasiado tiempo de puntillas.
La actuación para.
Alguien por algún lugar está en coma.
Han destrozado mi danza.
¿Quién? ¿Qué ha pasado?
¡No! ¡No puede ser!
Georgina…
Todos tienen una mueca en la cara,
No de lástima, sino de asco.
A mí solo me parecen repugnantes risas sarcásticas.
Todos miran mientras su corazón se para…
¡No, por favor!
Espérame…
No puede.
Su cuerpo convulso solo parece una suave flor marchitada,
Solo se ve que sus ojos se apagan…
Te ame y te sigo amando.
Tu muerte no nos separará…
Eras mi profesora, y nunca me diste la última lección…
Te extraño.