Creemos en nosotros,
aquí nadie reza.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

8 meses sin su perdón

No sé muy bien qué decir.
Quizás que estoy cansada de ser cuestionada en todas mis decisiones. Como si no fuera válida. Como si no fuera suficiente.
Estoy cansada de ser tratada como si fuera estúpida. Como si no fuera capaz de relacionarme con nadie. Como si mi futuro dependiese de otros y no de mí, y fuera una estupidez no darme cuenta de que mi futura estabilidad depende de personas que no entienden de mis aspiraciones.
Pero voy a mejor. Cada vez me dan más igual todas esas voces que intentan tirarme al suelo. Matar o morir matando voces. Me niego a resignarme, a ser una oveja más. A conformarme con sus respuestas.
He demostrado varias veces que cuando yo hago las cosas a mi manera salen bien, y cuando soy forzada a sus límites, es como si muriera, como si me enterrara. Como si fuera un zombie.
Estoy aprendiendo cosas, y he aprendido que no debo compartirlas porque a nadie le importan nada.
Aire, a veces cuando aúllas siento que estás cerca. Que intentas hablar conmigo. Espero que para decirme que todo irá bien. Que siga sin conformarme, sin sus reglas de mierda.
Que el sistema está para que explote, desde dentro. Por eso te susurro, porque no hay aliado más poderoso. Más necesario.
La censura intelectual se puede ir a tomar por culo. Yo decido. Yo lucho hoy porque tú obedeces.

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A veces los pensamientos vuelan tan alto que son prisioneros del sol.