Creemos en nosotros,
aquí nadie reza.

viernes, 27 de julio de 2012

Charlotte.

Bebida en un callejón, borracha de alcohol etílico. De quemar.
Su garganta lanzaba palabras que llameaban antes de explotar contra quien fuese. Tenía miedo y sus lágrimas eran demasiado ácidas para poder llorar más de dos segundos.
La realidad era algo tan hermoso que podría disiparse en cualquier segundo, como un sueño. Como un sueño escrito en ese cuaderno al lado de la cama, donde, de vez en cuando, anotaba sus sueños.
A veces aparecía él, y no hay demasiado más que decir.
Resuena en su cabeza "Make sure to build your house brick by boring brick or the wolves gonna blow it down". Y el sentido común había abandonado su cabeza por vacaciones una semana. No esperaba que fuese a pasar nada parecido. Solo su subconsciente podría haber adivinado algo, pero guardaba, celoso, su sospecha. Dos semanas después, se había dado cuenta de lo imposible que era todo.
¿Quién podría decirle a alguien que deshaga todo lo trabajado con ilusión en un día? ¿Quién podría obligarla a olvidar? Ni ella misma se lo planteaba. La lógica hacía sus maletas para volver en septiembre, cuando se encontrase dentro del mismo callejón bañado por las sucias farolas amarillas cortocircuitadas. Parpadeantes, como sus ojos al escribir en su diario lo mucho que quería llorar y que le abrazase.
Pero él no estaba, como siempre, era una persona más que transitaba por su vida.

Volver a empezar, desde cero. Ladrillo a ladrillo.

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Hay tormenta, por lo demás, estoy deprimida. No sabía hasta qué punto afecta el saber más de las cosas que pasan a tu alrededor, pero de las que realmente importan, no de cuánto dinero tendré para salir el fin de semana que viene y cuánta mierda podré meter en mi organismo. 

Días como hoy, con gente como la de hoy, me hacen replantearme que, aunque llueva, una sonrisa puede iluminar el día (oh, pero qué bonito me ha quedado) y un nombre también (y os odio por ello).




Por cierto, ya siento estar desaparecida. Entiendo que nadie lea esto ya, pero qué se le va a hacer. Yo me seguiré pasando de vez en cuando, o eso intentaré.

Un beso y dos abrazos.
ese.

1 comentario:

  1. Odio sentir mi vida en los escritos de otros pero me encanta sentir que no soy la única que lo siente,
    Un abrazo de los que dejan sin respiración :)

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A veces los pensamientos vuelan tan alto que son prisioneros del sol.