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aquí nadie reza.

lunes, 10 de enero de 2011

Huricane drunk.

Bueno… Pues he vuelto, y seguramente volveré después a contar mi vida, ya que no hago otra cosa que aburrir a la gente con mis problemas.
Creo que se nota que estoy bastante peor que antes… Dos exámenes, suspendidos con un 3’3 los dos. No entiendo porqué cojones tengo la misma nota en los dos, es algo extraño que me ha pasado varias veces este año.
Bueno, ya tocará meterse una chapada de la ostia para aprobar, algún día.
Por lo menos me vuelvo a hablar con C., ni tan mal.
Sólo queda A., pero creo que no podré, es demasiado para mí.
Como dije antes, hablaré de un par de amigos que tenía por Murcia.
Una estoy segura de que no lo leerá, otro… Es muy poco probable, pero da igual. Ya le pasaré el link.
Los dos nombres empiezan por A., así que A. a secas será ella y J.A., él (por si lo leen, para que se den por aludidos).
A., hoy de madrugada, como no podía dormir, y me conozco suficiente como para saber que si no tengo sueño, no me dormiré, empecé a ojear carpetas con dibujos que hacía antes, letras extrañas, “poesías” viejas… Y encontré unas páginas que me regaló ella. Había fotos viejas, muy viejas, de cuando estaba en 6 de primaria, de un par de años después, y pequeños comentarios, al final del todo ponía que no había fin a una amistad así, y en ese momento sí parecía que no iba a tener fin. Pero la convivencia es jodida, siempre.
Y allí acabó todo, tras mes y medio juntas. No me arrepiento demasiado de que desapareciese de mi vida, ya que ahora somos completamente distintas… Ella, pija, como casi todas, horrorizada ante la ropa que llevo yo, antes las pulseras, ante mi pelo, ante la música que escucho… Sé que no tengo ni idea de cómo será, pero también sé que fue por aquella época cuando dejamos de hablarnos, que empecé a escuchar Evanescence, hace mil siglos… Después me acuerdo que una vez le pasé una canción y me dijo que era horrible, que cómo podía escuchar eso… Aunque es probable que lo haya soñado o algo, sé que me invento recuerdos y no sé si son reales o falsos, pero creo que éste es verdadero.

Y bueno, A.J.
Qué decir… Ya he hablado mucho de ti, y sé que no has leído ni una de las palabras que te he dedicado.
Te quería preguntar qué te pareció el libro de L. Beccaria, que me dijiste que te lo habías comprado y que estabas por el principio.
No sé si te lo habrás terminado, pero bueno, como tampoco espero obtener respuesta alguna tuya, no me importa demasiado.
Sé que he sido borde contigo, y lo seguiré siendo, eso tenlo claro… Viste que no quería perder tu amistad, pero no sé qué esperabas de mí, ¿que fuese detrás de ti para hablar? Sabes que no es mi estilo. También sabes que bastaba con un par de llamadas, toques, o lo que fuese. Sólo necesitaba saber que te acordabas de mi existencia de vez en cuando. Jamás se me ocurriría pedirte que volviésemos a estar como antes… Como ese año que hablábamos todos los días, que no estudiabas nada para la uni, que no tenías novia…
Pero no sé, algún día que no sales, de vez en cuando, y de vez en cuando es una vez al mes, que ya ves que no quiero robarte todo el tiempo... Pero sin excusas tipo tengo sueño, tengo hambre, me duele la cabeza, me llama mi novia, tengo que estudiar… Que lo entiendo, perfectamente, pero por media hora no te vas a morir, creo yo.
(Relee esto, y fíjate en los verbos, saca tus conclusiones, que para algo me conoces y si no, te sabes mi nombre de memoria y me dejas un privado en el tuenti o un comentario).

Bueno… Pues eso, ahora pondré un par de párrafos del libro con el que tanto doy el coñazo.
Ese mecanismo de pensamiento hacía que Sara creyera que sin Enzo volvería a ser una vela sin llama. Y después de haber probado el fuego, que la había transformado en una ardiente hoguera, después de haber disfrutado de esa sensación de estar plenamente viva, el silencio de Enzo le resultaba mortificante. A solas consigo misma solo experimentaba vacío, tristeza, frustración.
[…]
Y por eso todos sus amigos le aconsejaban que se olvidara de Enzo, que lo dejara atrás, enarbolando la dichosa dignidad. La gente solo sabía ser digna largándose, dejando el campo libre, abandonando la propiedad a medio trabajar. Y en ese momento de civilizada y correcta enajenación nadie se acordaba de esa otra esclavitud mucho peor que la de amar a ciegas: la esclavitud de la soledad, del servilismo del recuerdo, de la deuda de vivir añorando a alguien mucho después de la huida, aherrojados de cadenas, sirviendo, serviles, a celebérrima dignidad. Claudicando sin lucha, podridos de dignidad.
Y eso…

Me siento como en la cima de una montaña alta y fría, muy fría. Está nevada, es invierno. Y en el momento que estoy a punto de saltar al vacío me llegan unas palabras, no demasiado cálidas, pero siempre menos frías que los grados bajo cero a los que me encontraba. No me abrazan, más bien son como una bofetada anestesiada por el tiempo y el frío, pero aún así, las agradezco y bebo de ellas para conseguir sacarles todo lo que esconden.
Me alegro de que estés vivo y consciente. También, y sobre todo, de que hayas leído las parrafadas interminables que te ponía, algunas de madrugada, ebria de soledad, o otras de día, sintiendo el frío de un sol que no calienta, añorando esa voz que me hacía soñar con cálidas noches por el trópico. Adoraba que me dijeses que me querías, aunque ahora me cuestione si era verdad o mentira, aunque levemente, y siendo parte de mi maldito escepticismo. Cierto es que me encantaba, se me paraba el corazón, como diciendo esto no puede estar pasando, o has muerto o estás soñando. Creo que la gente le dice que te da un vuelco el corazón, aunque sólo creo, jamás he entendido esa frase.
Me alegra que hayas leído lo que puesto porque en parte, eres la única persona a la que escribo por y para ti, enteramente. A los demás les escribo para dejar mi conciencia limpia (parece ser que tengo), pero no dejo entrever demasiado. Ahora noto que me desbordo por las costuras de este disfraz que he llevado a cuestas demasiados años, y ya roto, demacrado, sucio y rasgado por el tiempo, veo que no merece la pena seguir con él. He aprendido que la dignidad y eso de vivir para los demás (ser esclavos de la imagen), sirve para la familia y el primer día que conoces a alguien que te interesa conocer, pero a los demás, no merece la pena molestarse en estar perfecta, aunque claro, depende de la ocasión. Supongo que es una postura intermedia entre la esclavitud y la rebeldía. Rebelde normalmente, esclava de vez en cuando, más que nada para dejar en buen lugar a la familia.
Me voy, como siempre… Sé que es mi culpa quererte, pero, de verdad, que si pudiese evitarlo, lo evitaría, pero a la vez me gusta, siento como que no estoy completamente vacía y tengo algo por lo que luchar.
Sé que es raro, pero me encanta estar jodida, sé que podría evitarlo, pero no me da la gana. La razón es la misma, no me siento vacía de esta forma.
Matizaré hasta qué punto me refiero con vacía… Supongamos que es como un termómetro. Y el mínimo es 0, el cero absoluto. Y yo intento escalar peldaños, sacando calor de donde pueda para no llegar ahí. Ahora mismo, me encontraré a… Dos, tres grados, pegada al cero, pero sin llegar, aún. El máximo es de 50. Y he llegado al 45, y me he quemado, pero ahora me congelo y necesito vivir, o mejor dicho, sobrevivir a la hipotermia como sea. Supervivencia no es la palabra, pero la que estoy pensando (siendo ésta algo muy abstracto como para darle forma) no existe, y mi imaginación, hoy por lo menos, no da para inventarme palabras.
El fuego ahora lo utilizo para quemar recuerdos, el incienso para aturdir los sentidos y nublar la vista, a ver si así consigo conciliar el suelo.
Pero no todos. Aún me queda el sonido de tu voz, tus palabras, tus ojos, tu pelo… Y me imagino enredándome entre tu cuerpo y bebiendo de tu mirada, mordiendo despiadadamente tu cuello y acariciándote dulcemente la espalda.

Bueno, creo que ya he dado suficientemente el coñazo por hoy…

Un beso al aire, mil al cielo y un abrazo a los que quedamos volando entre sueños.




Pequeño apunte. Sé que me contradigo al decir que no es mi estilo ir detrás de la gente y que es precisamente lo que hago con E., pero como ya dije, no me reconozco ni a mí misma. Sé por qué lo hago, pero no tengo ni idea de cómo he llegado hasta aquí.

2 comentarios:

  1. Creo que he entendido eso de la temperatura.

    Wasurenaide Ikite Ita Akashi Wo.
    No olvides la evidencia, que prueba, que has vivido.
    Es de una canción de un gupo japonés, me acordé de la letra mientras te leía; te la dejo en japanudo y traducida.
    http://kanatospanish.blogspot.com/2009/07/requiem-existtrace.html


    Y yo personalmente odio, odio mucho, que todas las veces que escribo algo dirigiéndome a alguien, sea siempre hacia la misma persona. Me revienta no poder ser independiente; debería darme igual que lo leyese o no, si total a estas alturas debería pasar de Él. Debería, debería, debería ... Y__Y


    PD: ¿Yo? ¿Talento para escribir? ¿YOOO?
    Lol xD No lo creo así, pero.. GRACIAS :) :) :)
    Besitos, y ánimo.

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  2. Fatales pueden ser los resultados cuando escribimos ebrios de soledad. Pero cruciales, eso si.
    Besos

    CIta

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A veces los pensamientos vuelan tan alto que son prisioneros del sol.