Creemos en nosotros,
aquí nadie reza.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Pour il.

Incienso.
Fuego.
Alguien tirada en el suelo.
Libros.
¿Sueños? Quizás, pero  no creo.
Eso que se esconde es una lágrima.
Eso que se esconde en la comisura de los labios es el recuerdo.
Llorar y llorar por él.
¿Para qué?
Coger palabras de los demás para componer la mejor melodía que existe.
Coger y recoger pedacitos esparcidos del alma.
Palabras y contra-palabras que se unen formando la nada.
Explotan y vuelven a explotar en el interior.
No hay frases, no hay páginas capaces de decir lo que quiero.
Jamás.
Haré que el hielo se evapore. No quiero más agua.
Tic. Tac. El tiempo se ha quedado atascado en un segundo que no para.
Retumba dentro de todo. Retumba en la nada.
¿Seguro?
No.
Yo tampoco.
Soñando con palabras. Soñando con silencios.
Soñando. Simplemente eso.
Sosteniendo los hilos de tu conciencia, o por lo menos intentándolo.
Te sabes olvidado y luchas.
Quieres más.
Quieres su aliento. Robárselo.
Volver a aquella noche en la que lo tuviste tan cerca…
En la que todo se consumió como una vela.

Te cortó las alas. Te hirió de muerte y aquí sigues, llorando tu suerte.



Existes, luego mueres.

3 comentarios:

  1. Velas e incienso...buena combinación. La suerte no debe llorarse, se disfruta o se esquiva, si no no es suerte. Es muy difícil saber lo que se quiere, pero no cualquier tiempo pasado fue mejor, es más, ninguno lo es. Seguro que ahora hay cosas que puedes tener sin tener que ir recogiendo los pedacitos, las miguitas del suelo... no somos hormigas para eso.


    Saludos, y que la oscuridad se mantenga a la distancia justa de ti.

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  2. Existes luego mueres...
    Quiers decir que por necesidad todo el mundo muere?
    Pienso que alguien que se ha ganado un lugar n el recuerdo nunca muere
    Es mi opinion...no se

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  3. El tiempo se ha quedado atascado en un segundo que no para... Me gusta esta frase.
    Y lo que las mentes son capaces de trabajar en ese segundo interminable es algo extraordinario, y a veces, asesino.
    Saludos!

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A veces los pensamientos vuelan tan alto que son prisioneros del sol.