Creemos en nosotros,
aquí nadie reza.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Remedios imposibles.


Mareos.
Dolor de tripa.
Remordimientos.
Pitidos.
Susurros.
¿Caricias? No.
Golpes. A presión. Al vacio.
A la nada.
Dejando de lado todo lo que pudo ser bonito para convertir esto en una pesadillas.
Dime que me quieres.
Dime que quieres follarme.
Sí, ¿por qué no?
Después vendrá la paliza.
Un golpe tras otro. Varios por minuto.
¿Te pone?
¿Te pondría tanto si fuese yo la que te matase lentamente?
Denuncia.
Niño sin padre.
Padre sin niño.
Padre sin mujer. (Por capullo)
Madre soltera.
Orden de alejamiento.
No puedes. No esperas.
La violas por última vez. Y esta vez, la matas. A cuchilladas.
Le arrancas la lengua para que no grite.
Le metes limón en la boca para que chille.
Muerta.

El silencio te puede.
Necesitas más.
Otra mujer caerá.
Asesino en serie.

Ese. Esa. Esos.

1 comentario:

A veces los pensamientos vuelan tan alto que son prisioneros del sol.