Creemos en nosotros,
aquí nadie reza.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Principios antrópicos.


Estoy empezando a cansarme de dedicar entradas a la gente, pero bueno, esto supongo que es un caso especial, o mejor dicho, cuatro.
Primero.
A ver, sí es cierto que me siento un poco como esa canción, pero no tiene nada que ver, ya he encontrado más o menos el equilibrio, y todo estaba perfecto como estaba hasta ayer. No hablábamos casi, pero yo sabía que eras feliz (y me jodía. Soy muy egoísta, pero no puedo hacer nada para cambiarlo, o nada que sea legal para cambiarlo), y a mí no me iban las cosas tan mal (dentro de lo que me suele pasar). Aunque sé que debería alegrarme por estar como estoy, pero no es suficiente.
Quiero tantas cosas y entre ellas estás tú, joder. Entiéndelo ya. Odio a tu novia, simplemente por ser tu novia y poder tenerte, ella en sí me cae bien, es maja. Sé que es contradictorio, pero odiaré a todas tus novias, quiera o no, aunque si cortas con ellas me caerán bien, seguramente. Es raro y no sé cómo explicarlo.
Uhm. Un año y pico después. Genial, ¿verdad? Es para pegarme una ostia y decir ¡despierta de una jodida vez!
Vale, no estoy obsesionada contigo, como parece. Me gustan otros, pero simplemente eso, me gustan, y dudo que lleguen a más, aunque bueno, nunca se sabe. Espero poder olvidarte de una vez, y así dejarte en paz, que seguro que es lo único en lo que piensas cuando hablo contigo (de las escasas veces que hemos llegado a tener una conversación decente).
Segundo.
A ver, no sé ni cómo empezar contigo… Es todo tan horrible y tan extraño que no hay ni principio ni fin (el principio se convirtió en final y el final fue el principio de todo).
Uhm.  Te odio, ahora mismo lo único en lo que pienso si llego a pensar en ti algún momento, es por qué cojones apareciste. Vale, gracias a ti conozco a mucha gente y blablablá, pero tampoco es tan genial conocer gente con la que seguramente no te volverás a hablar y no les caigas ni bien siquiera y te tengan que soportar porque estás ahí, en estado medio vegetativo mirando Dios sabe qué. Quizás a la nada (intentando conseguir verla).
Tú en ti mismo eres buena persona, supongo, aunque mi concepción de buena persona es distinta. Eres muy, muy manipulable, y jamás dirás que no a algo que no quieres hacer si te insisten un poco. Y de verdad que odio con todas mis vísceras eso, que hagas lo que la gente te dice que si no tuvieses personalidad (que empecé a dudar de que tuvieses hace tiempo) y fueses un perro agradecido por vivir y tener alguien con quien jugar a que te tire la pelota.
No tengo ganas de decir más. Simplemente que no quiero arreglar nada.
Tercero.
Esto se podría catalogar de teatro, o mejor dicho, de farsa, quizás comedia.
Intentas algo pero tienes miedo de las consecuencias aún sabiendo que no soy un monstruo que se dedica a comer niños.
Es cierto que puedo ser muy fría, pero deberías saberlo y estar acostumbrado.
Lo intenté de nuevo. Olvidé absolutamente todo de ti.
Borrón y cuenta nueva.
Pero no puedo. Volvieron las excusas, las desganas, los dolores de cabeza… Y no puedo, no puedo más. Estoy cansada de saber que no estarás allí cuando te necesite de verdad. Antes sí, y me ayudaste mucho, pero ya no.
Lo entiendo perfectamente, y no estoy enfadada. Sé que tienes jaquecas y que son terribles (te drogas y todo por ellas), que tienes una novia que evidentemente es mucho más importante que yo y quieres hablar con ella. Y además, la universidad… No tienes tiempo.
Es enteramente decisión mía y no estoy enfadada, de verdad, aunque lo parezca. Solo trato de que te des cuenta de que no merece la pena seguir hablando conmigo. Quizás no de la mejor forma, pero de momento no puedo decirte un adiós para siempre (ni me lo he planteado aún).
Dentro de poco, no lo dudes.
Cuarto.
Vale, qué decir de este hombre…
Simplemente me gusta, no le conozco casi, y sé que debería conocerle mejor, pero quiero abrazarle, como ya dije, quedarme entre sus brazos y no moverme de allí. Ya he probado esa sensación y es como salir del mundo para estar nosotros dos solos.
No sé si es que no quieres verme o de verdad necesitas estudiar tantísimo como dices, y en ese caso, me da miedo llegar a la universidad, a tercer año, ¿no?
Bueno, supongo que lo mío no será tan jodido, las letras son para subnormales, como dicen los de ciencias.
Le verdad es que siento como si no quisieras verme, como si me evitases. Pero después me dicen que preguntas por mí y no sé qué pensar.
Me gusta muchísimo estar contigo. Sé que con el tiempo podremos hablar de lo que queramos, pero hasta que no sepa qué quieres, me será jodido hablar de lo que sea contigo, y cuando sepa qué es lo que realmente te gusta, entonces, quizás me corte más o no pueda ser totalmente sincera contigo.
Espero que no leas esto, la verdad. Es simplemente algo que hago para desahogarme y ver si puedo aclarar mis ideas. Ahora mismo me siento como Baroja, escribiendo lo que se me viene a la cabeza, dando pinceladas o desarrollando algún tema.
Joder, es que es horrible. Tengo ganas de verte, y queda súper asqueroso y lo odio, pero tengo ganas de besarte.
Me dan escalofríos del asco. Jé, me faltan poco para las arcadas.
No entiendo porque me da tantísimo asco escribirlo pero después el hecho es tan perfecto (coño, sí que estoy cursi hoy).
En fin. A ver cómo acaba todo, si es que llega a acabar algo.
Ese. Esa. Esos.

1 comentario:

A veces los pensamientos vuelan tan alto que son prisioneros del sol.