Creemos en nosotros,
aquí nadie reza.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Locuras.


Creo que me estoy volviendo completamente loca (más de lo que estaba antes).
Lo que necesito ahora mismo es verle. Saber que es tan horrible como lo recuerdo. Saber que jamás besaría esos labios, saber que jamás sería capaz de tocarlo.
Quizás sea eso lo que siento. Asco, repulsión.
Pero es que me gusta tanto…
Adoro su forma de ser. Es tan… Tan suya.
Y me encanta y lo odio a la vez.
Bonito, ¿verdad?
Querer matarle con cuidado. Preguntando si le he hecho daño cada vez que le pego una cuchillada o le quemo los párpados.
Pero, ¿cómo torturar a algo que no llega a existir realmente y que, ciertamente, no quiero hacer tanto daño?
Joder, ahora mismo tengo ganas de abrazarle. Pero no quiero verle. No quiero darme cuenta de que solo existe en mis sueños ese ser tan perfecto.
Me engaño, lo sé. Y me da igual.

Quizás el aire no sea tan mala pareja como pensaban algunos.

En fin. Como ya dije, estoy en proceso de volverme loca. Quizás debería entregarme ya a las autoridades, mientras no tenga nada que hacer me dedicaré a violar tías de la cárcel y cuando me trasladen a una celda sola, a gritar como una puta hasta que llegue un médico y le viole a él y le cree un trauma y me manden al psiquiátrico.
Unos cuantos años sin hacer nada más que violar, sin trabajar y viendo cómo está el sistema judicial.
Bah, mentira. Me veo más como monja que como violadora.


Vogliamo giocare a chi è il computer? Sappiamo entrambi chi è il computer. E non sono io.

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A veces los pensamientos vuelan tan alto que son prisioneros del sol.