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jueves, 15 de julio de 2010

Vuelta a la ininteligibilidad (Saltos sin sentido)


He seguido pensando en la izquierda, y lo bonita que fue, pero me he dado cuenta de que ya está lejos (en los dos sentidos), y del daño que podría provocarte volver a ella…
Sé que volvería a pasar lo de siempre, y por eso, prefiero ponerte en un pedestal como inalcanzable y buscar a alguien más opaco.
No malinterpretes, de verdad me gustaría volver a la izquierda, pero sé que nos volveríamos a quemar y huiríamos en direcciones contrarias para dar una vuelta completa y volver a encontrarnos.
De momento, no conviene la izquierda, creo que me quedaré como centro izquierdista por mucho tiempo, y espero que tú también, o centro derecha, o vuelvas a la derecha, como si nunca hubieses cambiado de bando.
Sé que duele olvidar el tiempo que fuimos izquierdistas, pero es lo mejor.
No quiero que haya otro atentado.
Lo siento. Pero si vuelves a la izquierda, que sea con otra.


No intentéis entenderlo, porque no podréis, ya lo siento.
Ahora algo que se sale del tema principal, o secundario para algunos.
Sé que sonará hipócrita, pero me acabo de dar cuenta hace poco, y pretendo no volver a hacerlo.
¿Por qué cuando confiamos en una persona, le contamos todos nuestros problemas, nuestras dudas, nuestra vida?
Le damos el poder para destruirnos en cualquier momento, y la única forma de solucionarlo, es llevarte bien con esa persona hasta la eternidad, o complicarte la vida, como pienso hacer yo, más que nada, porque la vida sin complicaciones, no es divertida.
Me gustaría estar metida en todo lo que pudiese, no tener ni un segundo libre para poder escribir esto, pero, a pesar de que tendría que estar maquillándome para salir, no lo hago, porque sé que tardaré poco y tengo tiempo, y eso es lo que no quiero tener. Tiempo.
Que las horas pasen rápidas, no lentas como pasan normalmente.
Llevar una vida llena de líos por todos los lados, directa o indirectamente, que un/a amiga/o tenga un problema, y tú le aconsejes qué debe hacer, o le ayudes a subirle el ánimo.
A mí eso, aunque suene mal, me divierte, no en el sentido de que me gusta que la gente esté mal, sino que me gustar ayudar, compartir los problemas, aunque no les conozca casi nada, me da igual, pero eso, me da el poder para destruir su autoestima si me cabrean (y es muy difícil cabrearme de verdad).
Estoy entre ayudar y tener el poder para sumirles en una depresión que durará semanas, o meses, o directamente, no ayudar, que solucionen sus problemas solos, y no conocer a nadie.
Me encantaría tener ya la carrera de psicología, saber que es una persona ajena la que viene y me cuenta sus problemas, que aunque pueda, estoy obligada a ayudarle de verdad, aunque sea solo escuchando. No porque me pagarán por ello, sino porque sé que he ayudado a alguien.
Suena a buena persona, y etc. Pero sé que no lo soy.
Para mí una persona no puede ser buena, son buenas sus acciones.
Vale, podría ser un balance total de las acciones, y si son más las buenas que las malas, se podría decir que es una buena persona, pero quién es tan objetivo como para hacerlo, además, seguir a alguien a ver qué coño hace durante todo el día… Y después, estimar si es buena o mala… Uff.
De todas formas, ese día que se estima si es una buena o mala persona, seguro que la persona en cuestión no se lo toma con naturalidad, sino que ayuda a cruzar a viejecitas los pasos de cebra, baja gatitos de un árbol, etc.
No sería objetivo por culpa de la persona en cuestión, no por el examinador.
Y, ¿quién coño querría hacerlo? Sería aburrido, estar todo el día detrás de alguien. Y aunque no se lo dijeran, esconderse cada vez que mira hacia el lugar donde estás,  y si te ve varias veces al día, el sentimiento de que alguien le vigila y como siempre, cundirá el pánico, la paranoia, etc.
Por lo tanto, por eso creo que no hay ni buenas ni malas personas.
Simplemente gente con sus propias leyes. Que en realidad, ¿qué nos obliga a seguir las leyes de convivencia? Nada, el miedo a ser arrestados y pasar nuestra vida, con suerte, en la cárcel, o en un psiquiátrico, sintiéndote una cobaya que prueba medicaciones y se droga todos los días por obligación de unas batas blancas y un papel enmarcado colgado en la pared de su despacho.
Las leyes se han formado por el miedo, los derechos humanos, más de lo mismo, y todos tienen un denominador común, proteger la vida, la supervivencia de una especie corrupta que debería estar extinta hace varios siglos.

Un beso a todos.
ESE.

2 comentarios:

  1. firmamiento maximo escrito y chachy pistachi mazorcas jajajaja

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  2. Interesante. Prácticamente estamos obligados a convivir y a aceptar nuestras "libertades" obligatoriamente.
    Es autodestructivo vivir en sociedad al igual que no hacerlo.
    Saludos.

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A veces los pensamientos vuelan tan alto que son prisioneros del sol.