Creemos en nosotros,
aquí nadie reza.

martes, 6 de julio de 2010

Bésame, bésame mucho.

 Obsesiones indirectas acabadas.
Aunque no del todo, simplemente no se dirán, como espero que os complazca, ya que entenderlo es imposible.
En fin, sigo pensando, y pensando, y dando vueltas a todo.
Y lo único que me hace olvidar momentáneamente todo, es leer.
Cualquier libro, cualquier noticia. Cualquier cosa.
Me he viciado a una serie de televisión, no sé ni cómo, y es una chorrada, pero no tengo nada mejor que hacer para matar las mañanas.
Sexo en Nueva York.
Aunque no lo parezca, dice frases con sentido y que me gustan.
Por ejemplo:
¿Si no soy eterna, seré completamente distinta dentro de diez minutos?
O,
¿Necesitamos que nuestras relaciones tengan un toque dramático para poder continuar?

¿Ser inteligente implica no ser temerario?
Yo creo que una cosa no implica la otra.
Hay una frase que dice “quién no arriesga, no gana”.
Vale, si sabes las consecuencias de ese riesgo que corres y tú y no los demás, y son ellos quienes se preocupan por ti, mientras tú estás tranquilo y como mucho llegan a crisparte los nervios al verte tan insultado. Ser llamado temerario implica serlo, simplemente, asumas o no las consecuencias, lo eres y ya está.
Pues nada, creo que he sido llamada de todo en mi vida y por gente demasiado cercana a mí que no debería decirme cosas así, a no ser, claro, que quiera destruirme.
Eres una puta, porque lo son las gordas que llevan faldas cortas.
Es mi cuerpo, es mi ropa, y me visto como me da la gana. Qué más le dará si visto como una puta o como una monja, y si estoy gorda, ya me pondré a dieta, pero mientras esté cómoda así, ¿qué más le da que no sirva para modelo?
No entiendo qué manía tiene todo el mundo de (supuesta) confianza de meterse en la vida de los que pueden controlar.
Me quieren, blablablá. Y por ello nunca me apoyan cuando lo necesito, por eso no me han dado más opciones de las que ellos no tuvieron y me dicen que debería estar feliz por la posibilidad.
Intento aconsejar a alguien y me quitan la razón, aunque la razone y ellos no, porque son mayores que yo, y se supone que tienen más experiencia. Pero es mentira. Yo tengo más experiencia en mi mundo, porque ahora el mundo es nuestro, no de ellos, tengo más idea de lo que pasa aquí que ellos. Ellos pueden saber contar historias de vidas pasadas, pero ahora soy yo quién se mueve por la calle.
Estoy cansada de que se crean que saben todo y no saben ni una milésima parte de mí.
Si ni me conocen. No tienen ni idea de mi forma de pensar, no tienen ni idea de mis gustos.
Pueden saber una pequeña parte de mí, pero nunca más que yo, y aún así, se creen que saben muchísimo más de mí de lo que sé yo.
Saben lo que me conviene, saben lo que debo querer. Saben lo que debo hacer.
Eso de pensar por mí misma hasta los 18 nada, y aún así, creo que tampoco. Hasta que me independice.
Pero les llevo ventaja, yo sí sé cómo van a reaccionar, sé qué quieren que diga en cada momento y qué puedo decir para salvarme de una situación.
Ellos saben que permaneceré tranquila. Y creo que ni eso.
En fin.
Dejaré el tema estar, que no tengo demasiadas ganas de hablar de ellos.

Dentro de poco fiestas. :)
Espero que sean tan buenas como las del año pasado.

Por cierto, el título de la antrada hace alusión a la canción de Andrea Bocelli, preciosa, recomiendo que la escuchéis.


Un beso y mil abrazos al aire.

ESE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

A veces los pensamientos vuelan tan alto que son prisioneros del sol.