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aquí nadie reza.

viernes, 5 de marzo de 2010

Sapere aude#7

Una nada mayor que todo.

Vamos a envenenarnos. Enajenarnos con palabras bonitas nunca dichas.

Mírame a los ojos, pero mírame de verdad.

¿Qué ves? ¿Qué quieres ver?

Tengo el mismo miedo que tú, sólo que yo no lo demuestro.

No. Jamás. Mis piernas nunca temblarán. No me reduciré a un indefenso animal sin garras.

Un gato. Un zarpazo.

Un perro. Un mordisco a la yugular. Dejarte sangrando lambrusco al lado de una gran industrial del sexo barato.

La primera muestra de cariño en todo el año. Ni siquiera a mis padres, ni siquiera a mí misma, sino a una compañera de parvulario.

Rechazada.

Duele, sobre todo si es una gilipollas que ni siquiera me cae bien, y por guardar las apariencias la abrazo y parecer que no estoy allí como un fantasma, sino como una persona que no tiene nada que decir porque le importan una mierda esos temas.

Quizás sería demasiado premiar con mi silencio a las personas que más odio.

Serían demasiado honor mis palabras.

Sinceramente, es que me da igual. Me dará igual si viven felices o mueren por un coma etílico un fin de semana cualquiera, tiradas en la calle. Violadas.

Podría llamarse indiferencia lo que siento por esas zorras.

Pero no tengo más. Es eso o sola. Y la soledad es algo tan cruel y frío que no podría soportarlo otro año más.

Todos los días llorando. Dándome cuenta de que me estoy volviendo misántropa, de que, pronto, mis relaciones sociales se reducirán a 0 y será difícil volver a empezar.

Seré positiva… Sólo me queda año y medio para soportarles.

Sólo eso. Aguantaré.

1 comentario:

  1. mmm,¿que decir? sublime, se queda corto...., espero con emoción la siguiente entrega, xD (oye... para ser aire... me a gustado, xD)

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A veces los pensamientos vuelan tan alto que son prisioneros del sol.