Creemos en nosotros,
aquí nadie reza.

viernes, 12 de febrero de 2010

Uff...

Me duele la cabeza. Mucho.

Siento que si aumenta un poco el dolor, mi cabeza llegará a explotar haciendo que se desparramen por la alfombra innumerables sueños, recuerdos. Y ver cómo se pierden… No podría soportarlo, sería peor que vivir toda mi existencia con este dolor.

¿Por qué será?

Siempre hay una causa para todo, pero cuál será la explicación de ésta.

¿Estrés, demasiados problemas, el tiempo...?

Uff… Mis padres siguen presionándome. Odio que me digan la ropa que tengo que llevar, y me la compren ellos. Están obsesionados.

No me han comprado un solo libro desde hace un año, y no tengo tantos, pero ropa… Tengo un armario entero lleno y siguen comprándome. Sí, quería cambiar de look, pero no tanto. Esos brillantes, esos detalles tan fastuosos que lleva la ropa de marca y que yo tanto odio.

Prefiero vestir anodina que ir tan llamativa.

No quiero llamar la atención. No quiero ser el blanco de todas las miradas.

Lo peor, es que saben que no me va a gustar, lo hacen con buena intención, y blablablá, pero si no me gusta, NO ME GUSTA.

Sería más feliz si me regalasen un libro, cualquiera, de cualquier tipo (tampoco un manual de instrucciones, pero sí cualquier novela, poesía, etc.), pero en cambio, no lo hacen, ni creo que lo hagan. De hecho, creo que a mi madre no le gusta que lea tanto. Por las noches, me dice cuando me vaya a acostar que me duerma ya, que no lea, que no-sé-qué razón para que no lea.

Todos, inconscientemente, fomentamos la ignorancia, la estupidez. Todo.

Creo que estoy enfadada, y por eso critico tanto, o simplemente que el dolor de cabeza me hace delirar y cabrearme conmigo misma por tenerlo.

En fin. No me siento bien, pero necesito escribir.

Se ha convertido en una droga, en el aire que TENGO que respirar cuando me siento mal y que funcione como una medicina que jamás llegará a ser concentrada en una pastilla.

Mañana Carnaval… Quizás ni salga. Hace frío y si sigo con el dolor de cabeza, lo pasaré mal y haré que todos los pasen mal, ya que son tan buenos, o simplemente que se aburren tanto que no hacen más que preocuparse por mí o por cualquiera cuando estamos mal.

Además, ha nevado. No puedo ir a ninguna parte con tacones, y paso de llevar las botas de nieve.

Quizás me pase la tarde-noche en casa de una amiga. Peli, palomitas y teléfono fijo. ¿Qué más se puede pedir para una tarde perfecta?

No necesito estar rodeada de idiotas que me pregunten de qué voy disfrazada yendo normal.

A otros imbéciles que me conocen que creen que voy de gótica por ir de negro, o que me llamen negra, gótica y mierdas así y se cabreen cuando yo les llame pijos sin sentido común o hormonas con patas y rabo, o seres (no humanos) con la mentalidad de una piedra. Pero van borrachos, al día siguiente no se acordarán de nada.

Me gustaría poder quedar con alguien para hablar, sin hacer nada más. Coger, sentarnos en un bar, tomar un café y hablar de lo que sea. Vale, tengo gente, pero por teléfono es incómodo, además de más impersonal, pero por lo menos es mejor que el msn, oyes la entonación de la persona y puedes interpretar muchas cosas, pero aún así, no verle las facciones de la cara… Uff.

Tengo que buscar a alguien, lo sé.

Pero, ¿qué persona que quiera conocerme y darme una oportunidad sin fijarse en mi edad querrá sentarse a debatir sobre Dios sabe qué temas?

Nadie.

Como me dijo un chico ayer, piensan que soy más ilógica y menos reflexiva, y en el fondo, pienso, poco, y algunas cosas solo soy capaz de enlazar yo [o Antonio, que curiosamente, me entiende (dejé de preguntarme cómo hace mucho tiempo)]. Pero bueno, el caso es que no tengo a nadie que de verdad me vaya a entender si le planteo un razonamiento tal y como me lo planteo a mí, ya que si no sabe enlazar conceptos que a mí me parecen lógicos, sería imposible debatir sobre nada.

Como citó Cicerón, “El verdadero amigo es como otro yo”. Y por esa misma regla, solo tengo un amigo… Bueno, me considero una privilegiada.

Aunque, esto me hace plantearme otra cuestión, es posible que un amigo de verdad, viva a a-saber-cuántos-kilómetros y no haberlo visto en mi vida, y es probable que le vea, pero de momento no.

¿Quién me dice que no estoy esquizofrénica y que me lo imagino?

Sobrepasa mi límite.

Para mí lo es, y eso es lo único que cuenta, pero aún así, las dudas siguen estando ahí…

1 comentario:

A veces los pensamientos vuelan tan alto que son prisioneros del sol.