Creemos en nosotros,
aquí nadie reza.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Sapere aude#4

Hoy he estado con él. Nos encontramos en un bar.

Fue todo tan frío. Tan horrible. Tan infernal.

Creí que pasaba por un círculo dantesco. Me creí un león saltando entre un aro en llamas.

No podía más. Necesitaba besar esos labios.

Saberme suya. Caer en la locura.

Oírle pronunciar mi nombre hizo a mi cabeza dar vueltas, desplomarse en el éxtasis un día más.

- Hola, Evangelin.

- ¡Ah! No te había visto. ¿Qué tal te va todo?

Acompañada de una sonrisa cortes forzada me dispuse a hablar con él.

Pero ella apareció, como una gata en celo se abrazó a él, se enroscó cual serpiente en su brazo y se dejó hundir suavemente en su pecho. Mientras, yo debía saludarla como si fuésemos amigas desde siempre y por dentro no la llamase todo tipo de improperios que, querida, no debes saber, porque tus pobres páginas aún son demasiado inocentes como para aprender tales barbaries.

Fue más natural y frío de lo que hubiese imaginado nunca.

Las palabras salieron de mi boca como si no les costasen siglos formarse en mi garganta.

Dios mío, me tiembla el pulso sólo al recordar su voz… Melodiosa, como el canto de una sirena, pero viril. Era capaz de envolverte una lengua de fuego sin siquiera quemarte. Simplemente dándote calor, haciéndote sentir, haciéndote olvidar.

Era perfecto… Aún no sé porqué corté con él de forma tan cruel.

En realidad, no fue cruel, fue la verdad. Le seguía queriendo, pero necesitaba tiempo para mí.

Para huir de todos mis problemas.

Necesitaba ser igual que él. Igual de perfecta. Pero no pude serlo, y eso me carcomía por dentro.

Me hacía desbordarme por las aristas de mi corazón y quemar con mi sangre todo rastro de perfección.

Quería lo mejor para él. No pensé en mí.

Y al pronunciar aquellas palabras, me di cuenta de cuánto le necesitaba, pero ya era demasiado tarde y tuve que asumir la pérdida y llorarle en silencio y evadir mis sentimientos, además de correr en dirección contraria cuando apareciese por cualquier calle que solíamos transitar cogidos de la mano, besando y respirando cada momento de cariño, degustando cada pensamiento como si fuese una delicada combinación en inestable equilibrio.

ESE.

1 comentario:

  1. Expresas muy bien las sensaciones en tus escritos.
    Impresionante.
    Saludos.

    ResponderEliminar

A veces los pensamientos vuelan tan alto que son prisioneros del sol.