Creemos en nosotros,
aquí nadie reza.

sábado, 6 de febrero de 2010

Sapere aude#3

Éramos amigos. Muy amigos, pero sólo amigos…

Me jodía viva saber que era su amiga, sólo eso.

¿Algún día llegaría a algo más nuestra relación? No lo sabía y sigo sin saberlo.

Pero simplemente me gustaba verle. Solo. Pensando. ¿Qué pensamientos poblarían su cabeza? A veces, en secreto, me gusta imaginar que pensaba en mí como yo pensaba en él. Ese delicioso pensamiento me hacía sentir bien por segundos, hasta que recordaba que no sería así. Él tiene cosas más interesantes en las que pensar.

Pero es que delirar es tan… Mágico.

Lo necesitaba, no cabía duda de ello.

Pero esa puta frase seguía en mi cabeza. Retumbando cada vez más fuerte, sacándome por los ojos los gritos desesperados que creí olvidados.

Era como una droga el saberse loco. Precisaba beber más de mi fuente de locura, de ese dulce aguijonazo de las agujas a presión chocando contra mis venas mientras mi voz se convierte en un patético susurro de dolor.

Me sentí como una cobaya en manos de un científico chiflado, atada de pies y manos a mi propia cordura sin poder hacer otra cosa que liberar pequeñas dosis de deseo contenido transformado en espasmos, convulsiones, mordiscos al aire y esperanza de abrazar a alguien hasta dejar de llorar.

- Querida, ¿de verdad piensas que escribiendo así lograrás sacar a relucir tus pensamientos más íntimos y poderlo así transformar estas pobres palabras en algo bello?

- No, no lo creo. Solo quiero desahogarme. ¿Es un pecado mortal?

- Sí, amada mía. El precio es tu cabeza. Deja de hablar contigo misma. Parece que estés loca.

- Quizás sí sea un poco psicótica.

- Déjalo ya.

Vale, se acabó el diálogo con migo misma. Aunque quizás tenga razón.

¿Estaré loca?

Posiblemente desvaríe, pero son los efectos de las drogas.

El aire penetra en mí con demasiado ímpetu y no puedo hacer nada más que respirarlo. Drogarme del día a día como una adicta al trabajo.

Tengo sueño. Creo que si durmiera más lograría razonar… Pero no tengo tiempo para dormir; demasiados trabajos, demasiadas horas pensando en mí, demasiado tiempo desperdiciado leyendo las desgracias de los demás sin darme cuenta de las mías propias, creyendo hacer algo que valiese la pena pero sólo logrando un cúmulo de pensamientos informes.

- Dime algo con amor.

- Amorfo.

Oh, cuán grandioso es el mundo. Cuán bello el lenguaje.

ESE.

2 comentarios:

  1. Cierto, amiga. Tenemos que encontrarnos este fin de semana, o será tan absurdo que me moriré de risa.
    Me ha encantado el texto. Has conseguido removerme algo por dentro, señorita. Ahora estoy melancólica y echo de menos a Gabriel.
    Pero piensa una cosa, lo bonito de estar enamorada es estar enamorada, y eso nadie puede quitártelo. Luego están los añadidos, como el ser correspondido y todo eso, que son sólo complementos de lo verdaderamente importante.
    Espero que te este yendo todo estupendamente, y si no es así, que mejoren las cosas :)

    Un beso!

    ResponderEliminar
  2. alucinante, verdad? sigo con Gabriel jajaja ni yo me lo creo, pero sí, va bien esto.
    Ir... de nada, no sé, no creo que vaya. Quería ir de punk o de rockera, estas van a ir de punks, pero yo no tengo ganas de hacer el payaso. Semana de bajones, sabes? Lo que en inglés sería ''moody''. Así estoy.
    Quiero a Gabri este finde solo para mí, y no tengo ganas de ver a mucha gente, prefiero aislarme un tiempecito jaja
    tu de que vas a ir?

    P.D. ADORO LA FOTO QUE TIENES DE LAS CHICAS EN LA PLAYA, LA ADOROOOO

    ResponderEliminar

A veces los pensamientos vuelan tan alto que son prisioneros del sol.